El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, anunció este lunes 10 de septiembre el inicio de un proceso de recompensas para ubicar a los autores de hechos vandálicos, ocurridos el pasado fin de semana, contra uno de los vagones del primer tren del metro de Quito.

Municipio de Quito

En rueda de prensa en el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, Rodas confirmó que el Municipio de Quito destinará $ 100.000 para que los maneje el Ministerio del Interior a través de su fondo de recompensas.

El objetivo es que se gratifique económicamente a las personas que brinden información válida que conduzca a la aprehensión de los individuos vandalizaron los vagones.

Pero Rodas indicó que esos fondos también servirán para recompensar a quienes denuncien a cualquier persona o grupo de individuos que atenten contra propiedad pública, privada, patrimonial o cualquier bien de la ciudad.

«Nuestro Metro de Quito fue víctima de un acto vandálico en donde se han evidenciado varios delitos. Vamos a iniciar un proceso de recompensas para quienes colaboren con información sobre los agresores que afectaron nuestra ciudad», añadió sin profundizar en detalles.

Y advirtió que no permitirán que hechos delictivos frenen el avance del metro de Quito, el primer sistema de ese tipo en el país.

 El alcalde apuntó que «la obra de infraestructura más grande de Quito presenta un avance del 73 % en su obra física», en referencia al metro, que se prevé entre en funcionamiento a finales del próximo año.

Según la Alcaldía, una banda integrada por unos veinte individuos asaltó el fin de semana los talleres y cocheras de la empresa Metro de Quito ubicados en Quitumbe, donde amordazaron e inmovilizaron a varios guardias de seguridad que custodiaban el lugar.

Los asaltantes realizaron «manchones» y «grafiti» a uno de los vagones antes de que otros vigilantes impidieran que continuara la agresión y que dañaran el resto de vagones que llegaron a la ciudad el jueves 6 de septiembre.

Los vagones estaban en Manta, hasta donde llegaron el pasado 1 de septiembre procedentes de España, donde fueron construidos.

Fuente: El Telégrafo