Un avión de Aeroméxico que despegó en medio de una violenta tormenta en el estado mexicano de Durango, se estrelló en un campo cercano pero se deslizó hasta detenerse prácticamente intacto. Las 103 personas que iban a bordo pudieron escapar del avance de las llamas antes de que el fuego envolviese el aparato.

Efe

Los pasajeros se mostraron agradecidos por estar vivos, pero muchos estaban muy conmocionados luego del accidente del martes en la tarde.

“Estuvo muy muy feo”, señaló Lorenzo Núñez, un pasajero de Chicago que escapó del avión con sus dos hijos y su esposa. “Se incendió en cuestión de segundos”, dijo a reporteros, chasqueando sus dedos para darle énfasis a sus palabras.

Los sobrevivientes contaron que el avión, un Embraer 190, empezó a arden justo después de tocar tierra.

“Sentíamos las llamas, estaban viniendo rápidamente (…) había mucho humo”, relató Jaquelin Flores al diario El Sol.

Otro de los pasajeros, Rómulo Campuzano, líder de un partido político del estado de Durango, contó a Foro TV que cuando él escapó de la aeronave, ambas alas estaban en llamas.

Una ráfaga de viento golpeó el vuelo AM2431, que cubría la ruta entre la ciudad de Durango y la capital del país, la Ciudad de México, cuando iniciaba el despegue, lo que obligó al piloto a abortar la operación, explicó el gobernador de Durango, José Aispuro.

Los pasajeros dijeron que escucharon un fuerte ruido cuando el ala izquierda del avión golpeó el suelo y ambos motores se desprendieron. El aparato quedó erguido y las rampas de emergencia se activaron.

Por el momento era demasiado pronto para especular sobre la causa del siniestro, señaló Aispuro. Un fallo mecánico o un error humano pudieron ser factores, pero el clima tampoco era favorable. El fuerte viento y las intensas lluvias con granizo del tamaño de canicas azotaron la ciudad de Durango, causando incluso daños en los hangares del aeropuerto.