Según el Informe Mensual de enero de la OPEP, los 13 socio del grupo produjeron en ese mes 32,33 millones de barriles diarios (mb/d), 130.000 más que en diciembre, y más de 2,3 mb/d por encima del tope nominal de la organización, situado en 30 mb/d.
Los propios analistas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reconocen en el documento que la sobreproducción mundial de crudo en 2015 fue de 2 mb/d.
Los países responsables del incremento de la producción en el ultimo mes son Irak, Irán, Nigeria y Arabia Saudí, mientras que el bombeo de Angola, Argelia y Venezuela cayó.
Estos datos coinciden con los ofrecidos por la Agencia Internacional de la Energía, que apuntó esta semana a un incremento de la producción de los países de la OPEP en un mercado ya saturado.
El barril de crudo de la OPEP cayó en enero un 21 % debido a «un exceso de oferta en el mercado del petróleo, la desaceleración de la economía china y una inusual bajada de la demanda de combustible de calefacción por el clima templado en regiones clave para el consumo», según el informe.
El pasado 20 de enero el barril de la OPEP cotizó a 22,48 dólares, su precio más bajo desde mediados de 2002.
«El efecto negativo de la fuerte caída de los precios del petróleo desde mediados de 2014 es mayor que los beneficios a corto plazo y parece que hay un «efecto contagio» a muchos aspectos de la economía mundial», sostiene la OPEP.
Entre esos efectos negativos está la exposición de los bancos al sector petrolero, así como una inflación muy baja en las economías desarrolladas y una caída de ingresos fiscales por los precios de los combustibles.
«Debido a los efectos de la «gran recesión», la posibilidad de que aumente la capacidad de gasto de los consumidores es limitada», sostiene la OPEP.
Arabia Saudí, que es responsable de un tercio de la producción total de la OPEP, ha impulsado una estrategia de precios bajos, para expulsar a competidores que necesitan una cotización más alta para sobrevivir, y defender así su porción del mercado.
Otros países de la organización, como Venezuela, han defendido la necesidad de una reunión extraordinaria de la OPEP para evaluar la situación de los precios con otros importantes productores que no pertenecen al grupo, como Rusia.
Aunque todos coinciden en que existe un exceso de oferta en el mercado, la OPEP, como grupo, no quiere recortar su producción en solitario para no perder cuota de mercado y ha solicitado a sus competidores que también cierren los grifos.
Esta estrategia de precios bajos ha generado división en el seno de la OPEP, que en su última reunión ministerial a principios de diciembre no logró acordar un techo a su oferta conjunta de crudo.
Sin embargo, esta estrategia parece funcionar ya que por primera vez en siete años la producción de los competidores de la OPEP se reducirá, en 700.000 barriles diario, según el documento.
Esta disminución es debida a la caída en las inversiones, el descenso en el rendimiento de las explotaciones en EEUU y Canadá, y el bombeo a la baja de los campos petrolíferos más antiguos, según los analistas de la OPEP.
De ese descenso, EEUU verá caer su bombeo en 400.000 barriles diarios.
Todos los expertos coinciden en que la estrategia de bajos precios está diseñada para expulsar a productores alternativos, como los del crudo de esquisto, cuya cara fórmula de extracción sólo es viable con el barril a al menos 65 dólares.
En Estados Unidos se ha incrementado la producción desde los 5 mb/d en 2008 hasta una media de 9,5 mb/d en 2015, gracias al enorme auge de este tipo de producción, según el departamento de Energía del país norteamericano.
El descenso en la producción de los competidores de la OPEP aumentará la demanda del crudo del grupo, según el informe.
Así, si en 2015 la demanda de crudo del grupo era de 29,8 mb/d, en este año esa cifra se prevé en 31,6 mb/d.
Por el lado de la demanda, en 2016 la OPEP prevé un incremento mundial del consumo de 1,25 mb/d, hasta un total de 94,21 mb/d, una cifra que se mantiene sin cambios respecto a los últimos cálculos.
La gran parte del incremento de la demanda se debe a países emergentes, pese a la desaceleración en India y China.