Pyongyang dijo hoy haber probado el motor de un nuevo misil con el que afirma poder alcanzar EE. UU., en lo que supone el enésimo avance armamentístico que el régimen se atribuye en las últimas semanas en medio de una persistente tensión en la península coreana.

El ensayo, que se consideró exitoso, fue directamente ordenado por el líder norcoreano, Kim Jong-un, que «acudió personalmente a la estación espacial de Sohae para supervisar el test», según contó la agencia estatal KCNA.

«Ahora la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte) puede equipar un nuevo tipo de misil balístico intercontinental con cabezas nucleares más poderosas y mantener cualquier cenagal de maldad en la tierra, incluido EE. UU., al alcance de nuestros ataques para convertirlos en ceniza», añadió.

El texto no explica en qué fecha se condujo el experimento ni qué tipo de proyectil ha sido sometido a pruebas, pero las imágenes publicadas por el diario Rodong Sinmun indican que efectivamente se ha utilizado la plataforma para testar motores cohete que se encuentra en el extremo suroriental de las instalaciones de Sohae.

Desde esta base, que se sitúa frente al mar Amarillo a unos 50 kilómetros de la frontera con China, Corea del Norte lanzó el pasado 7 de febrero un satélite a bordo de un cohete, algo que la comunidad internacional consideró un ensayo encubierto de misiles de largo alcance y que la ONU sancionó en consecuencia en marzo.

Imágenes por satélite han mostrado con anterioridad que se han probado sistemas de propulsión en esta zona de ensayo de Sohae, probablemente para el KN-08, misil intercontinental que Pyongyang tiene en desarrollo y que, a diferencia de sus otros proyectiles de largo alcance, está pensado para dispararse desde una plataforma móvil.

Esto último multiplicaría sus capacidades armamentísticas ya que haría más difícil detectar sus lanzamientos de alcance transoceánico, que actualmente solo puede realizar desde una estructura fija.

Por su parte, los servicios de inteligencia de Seúl y Washington consideran que las pruebas de hoy podrían corresponder a una versión mejorada del KN-08 -el cual nunca ha llegado a ser disparado- que han bautizado como KN-14 y que supuestamente tendría más rango que el diseño anterior.

En todo caso, es la primera vez que Pyongyang anuncia que ha probado el motor de un misil intercontinental, lo que subraya el interés que el régimen ha mostrado últimamente por publicitar sus supuestos avances armamentísticos.

El pasado 24 de marzo anunció que había probado con éxito el motor de un proyectil con combustible sólido, algo que en caso de ser cierto le permitiría incrementar su arsenal y también dificultaría la detección de sus lanzamientos.

Poco antes, Pyongyang aseguró que ha logrado miniaturizar una cabeza nuclear para que pueda equiparse en un misil intercontinental y también desarrollar un vehículo de reentrada atmosférica que permitiría que uno de sus proyectiles alcanzara un objetivo terrestre.

Pese a que la mayoría de expertos duden de la consecución de dichos avances -principalmente por las pocas pruebas efectivas de vuelo que Pyongyang ha realizado con misiles de largo alcance- el consenso general es que Corea del Norte se acerca cada vez más a esos objetivos y que podría lograrlos en los próximos años.

La actual campaña del régimen se enmarca en la tensa situación que se vive en la región desde principios de 2016, a raíz de su última prueba nuclear y de misiles y las posteriores sanciones de la ONU.

Actualmente las tropas de Seúl y Washington realizan además sus maniobras anuales en territorio surcoreano, algo que Pyongyang denuncia como un ensayo para invadir su territorio y a lo que ha respondido con seis lanzamientos de proyectiles balísticos de corto y medio alcance.

Otros estiman que el actual empeño armamentístico va destinado a ensalzar la figura y logros de Kim Jong-un de cara a la asamblea, la primera en 36 años, que celebrará el partido único norcoreano el próximo mayo.