Si hay una manera de que el café de Ecuador se haga un hueco diferenciado en China, tanto en ventas como en el imaginario de sus consumidores, es con una identidad propia: esa es la lógica que está detrás de Inkalab, un modelo de negocio al estilo de Starbucks que lo introducirá en ese mercado.
De manera similar a cómo la multinacional cafetera estadounidense compra el café en grano y hace sus propias mezclas y tostados para obtener un sabor específico, la compañía china Inkalab, que espera abrir este año su primera cafetería en Shanghái, importará hasta cinco variedades de café verde ecuatoriano para tostarlo en China.
Usando sólo cafés del Ecuador, su equipo de investigación y desarrollo podrá experimentar y preparar combinaciones de variedades, tostados y sabores que le permitan desarrollar cafés exclusivos para el mercado chino con una personalidad única, dijo a Efe Diego Vera, consejero comercial de ProEcuador en Shanghái.
La compañía, en alianza con ProEcuador, tiene como objetivo convertirse en una franquicia china de cafeterías especializada en café ecuatoriano, ya que pretende también actuar como distribuidora.
Al contar con su propio equipo de desarrollo, y con cinco variedades de café (de Loja, Zamora, Imbabura, Vilcabamba e incluso las islas Galápagos), Inkalab estará en condiciones de diseñar cafés únicos, no sólo para su propia marca, sino para adaptarlas a las necesidades de otros clientes, como hoteles y restaurantes.
Uno de los primeros será Pachamama, el primer restaurante del mundo de cocina ancestral ecuatoriana, que abrirá en Shanghái próximamente, y que ya le ha encargado un café exclusivo que se sumará a la identidad de este local de gastronomía divulgativa e historicista, adelantó a Efe su jefe de cocina Miguel Monar.
Este modelo de negocio «lo que cambia es la manera de pensar del consumidor chino, explicó por su parte Santiago Yáñez, cónsul comercial ecuatoriano en Shanghái.
En la última década, en las grandes ciudades chinas se ha pasado de ser muy difícil de encontrar un local donde se sirva café a tenerlos por todas partes, recordó, ya que «el sector ha evolucionado a una velocidad impresionante».
«Es el momento perfecto para echar raíces en este sector en China y desarrollar este tipo de conceptos con un café selecto, exquisito, distinto a lo habitual, tanto por su denominación de origen como por las distintas variedades que se ofrecen, lo que da lugar a un producto único», reiteró.
En China ya hay importadores que están comprando café verde brasileño, colombiano o africano, dijo, pero suelen hacerlo para hacer mezclas uniformes que distribuir en el país abaratando los costes.
Para Ecuador, sin embargo, empezar a vender directamente café verde a China es una oportunidad, señaló por su parte Vega, porque supone hacerlo «con el valor agregado que permite este modelo propio de negocio, que además aspira a ser una franquicia que se vaya extendiendo en un futuro por otras provincias de China».
«Esa es la gran opción que tiene el café ecuatoriano para poder posicionarse mejor en China», concluyó.