«Esa tarea tomara años», señaló el mandatario a periodistas durante un recorrido por zonas afectadas por el terremoto, y explicó que será necesario hacer una evaluación del estado de los inmuebles.
«Hay centenas de edificios derrumbados y (otros) en mal estado que habrá que derrumbar y reconstruir, habrá que reubicar familias», aseveró el mandatario.
Señaló que la reconstrucción «costara centenas de millones de dólares, si no miles de millones de dólares», pero insistió en que «sabremos salir adelante».
En materia sanitaria comentó que existe un problema por la falta de electricidad en algunos sectores afectados, lo que impide llevar a cabo un suministro de agua en condiciones y ha obligado a transportar el líquido desde otros lugares del país.
Según dijo, el fluido eléctrico se podría restablecer, pero hay muchos postes tumbados por el temblor, muchos cables en el piso y «sería tremendamente peligroso» restablecer las conexiones que, no obstante, ya se han recuperado en algunas zonas.
El terremoto se produjo a las 18.58 hora local del sábado (23.58 GMT), entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también sintió el impacto de las réplicas.
Tras el desastre, el Gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.