La tarde del miércoles, más de un centenar de taxistas formales de Latacunga se agolparon en las afueras del Palacio Municipal, con la misma exigencia de hace más de dos años, que se revisen las tarifas congeladas desde el 2004.

El mayor acercamiento que tuvieron con las autoridades fue el año pasado, en septiembre, cuando comprometieron al actual alcalde Patricio Sánchez, a revisar la propuesta. En ese entonces se acordó que en quince días la propuesta tendría respuesta, pero ese día jamás llegó.

La nueva promesa del burgomaestre de la cabecera cantonal apunta a incluir la iniciativa dentro del debate en la próxima sesión de concejo. Actualmente la parada mínima en la ciudad cuesta $ 1, los agremiados quieren que esta suba a $ 1.25.

Esta alternativa no complace a todos los usuarios, por ejemplo Nélida Cerda, habitante del barrio Las Bethlemitas suroriente de la localidad, debe tomar un taxi todas las mañanas para llegar a su trabajo en el centro, paga $ 1.25.

“De subir las tarifas significa que hay que pagar entre 0.25 o 0.50 centavos más, lo que sumado a diario, mensual y anual, representa costos significativos que ya no podré solventar y deberé reorganizar mi tiempo para utilizar transporte urbano únicamente”, dijo la ingeniera comercial. Pese a que el sentir de Cerda no es aislado entre los ciudadanos, para los taxistas es otra la realidad.

Fausto Peñaherrera, dirigente del taxismo en Latacunga, cuenta que los gastos de mantenimiento, gasolina, matriculas, y demás controles absorben casi todas las ganancias, lo que hace que el negocio este dejando de ser rentable. Añadió que las tarifas no son la única problemática en la capital provincial, donde a su decir cada día aumenta el laxismo informal y el denominado Servicio Ejecutivo que afecta gravemente su trabajo.

Por ello exigen control y no una competencia desleal, porque los conocidos coloquialmente como “taxis piratas” están al margen de la ley y no cumplen con todas las normativas que deben cumplir los formales. Danilo Corrales, taxista, dijo que todos están dotados del taxímetro, pero su uso se complica debido a la negativa de los usuarios, que prefieren fijarle precio a la carrera a someterse a la espera del taxímetro.

Explicó que deben someterse a la voluntad del usuario para no perder las carreras que representan su sustento diario. Los agremiados anunciaron que estarán pendientes del ofrecimiento de Sánchez para el debate en el concejo. Pero desde ya aparecieron las primeras negativas, el edil Carlos Miranda, considera que la actual crisis económica no permitirá que el alza de pasajes sea una propuesta viable.

Pero nada está dicho y los taxistas aguardan la llegada del martes 24 de mayo para conocer el pronunciamiento de los demás concejales.