Hay que «prepararse para una invasión, creo que estamos lo mas preparados que jamás estuvimos y la evitaremos», también estamos preparados «para procesos internos de conmoción y desestabilización», dijo durante un acto de prácticas militares en el céntrico estado Vargas.
El primer mandatario nacional solicitó al ministro de Defensa, Vladimir Padrino, una estrategia de derrota a la «guerra no convencional» de la que en reiteradas ocasiones ha indicado que es víctima.
Comparó la «guerra económica», supuestamente propiciada por la oposición nacional y la derecha internacional, con un «bombardeo de ablandamiento», un proceso para lograr «una confrontación interna» que no ha sucedido porque «el gobierno protege al pueblo» y su derecho a la alimentación, la vivienda y el salario.
Asimismo, dijo que la inseguridad en el país caribeño forma parte de la «guerra no convencional» y reiteró que el expresidente colombiano Álvaro Uribe ordenó el asesinato del diputado oficialista Robert Serra en 2014.
«El tema de la inseguridad en Venezuela pasó el límite, forma parte de la guerra no convencional», dijo.
«El asesinato del diputado (…) Robert Serra, cometido por una banda de criminales paramilitarizados financiados y dirigidos por una banda paramilitar de Álvaro Uribe Velez desde Colombia» es, agregó, un ejemplo de que el problema de la criminalidad es inducido.
El gobernante aseguró tener pruebas y «testigos convictos y confesos».
Asimismo, explicó que «la clave es estabilizar el país derrotando (…) la guerra económica y la guerra criminal paramilitarizada».
Sin embargo, manifestó tener «un país en paz, estable, amenazado, eso sí, pero estable, integrado, unido y en batalla, con una democracia sólida, vigente, de plenas libertades con un pueblo soñando y forjando su futuro».
Las declaraciones se dan días después de decretar un estado de excepción y emergencia económica que le daría «el poder suficiente» para, entre otros asuntos, hacer frente a un supuesto golpe de Estado en su contra y supuestos planes de una intervención de «ejércitos extranjeros».
La oposición venezolana ha insistido en que buscará una vía democrática para adelantar la salida de Maduro del poder y está en espera de que el órgano electoral valide las rúbricas consignadas como parte de su solicitud para la activación de un referendo revocatorio.
El dos veces candidato presidencial y actual gobernador del céntrico estado Miranda, el opositor Henrique Capriles, dijo esta semana a Maduro que el pueblo quiere «revocarlo» y no «derrocarlo», como éste ha manifestado.