El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, hizo ayer un llamamiento durante la primera Cumbre Humanitaria Mundial para que gobiernos, empresas y grupos de ayuda se comprometan a reducir a la mitad el número de civiles desplazados por los conflictos en 2030.
La conferencia de dos días, que se celebra en Estambul, busca desarrollar una respuesta más eficiente para la que Naciones Unidas considera como la peor situación humanitaria global desde la Segunda Guerra Mundial, que en la actualidad afecta a 130 millones de personas que necesitan ayuda. “Estamos aquí para compartir nuestro futuro diverso. Declaramos que somos una humanidad con responsabilidades compartidas”, declaró Ban, en su discurso de inauguración de la cumbre humanitaria.
El secretario recordó que “el futuro se puede destruir en segundos”, por guerras o catástrofes generales, y ha alertado que una generación de jóvenes siente haber perdido su camino. Ban pidió no solo proteger a los civiles, sino también reducir el número de desplazados internos bajo la consigna: “No dejemos a nadie atrás”. Además, instó a mejorar la cooperación entre organizaciones internacionales y ONG, y lograr que los fondos se canalicen de forma más eficaz hacia las personas que los necesitan. El secretario general destacó que se trata “no solo de mantener a la gente con vida, sino con vida e integridad”, para lo que se requiere la construcción de comunidades estables.
El presidente de Turquía y anfitrión de la cumbre, Recep Tayyip Erdogan, señaló que su país alberga ya a tres millones de refugiados sirios e iraquíes. “Nunca cerraremos nuestras puertas a quien lo necesite”, prometió. Pero exhortó a la comunidad internacional a “asumir sus responsabilidades” y lamentó el reparto desigual de la ayuda para los refugiados. Recordó que Turquía ha gastado $ 10.000 millones para los refugiados y solo han recibido $ 450 millones de la comunidad internacional, lamentó.