En su mensaje en el Congreso, Macri acusó al anterior Gobierno, encabezado por Cristina Fernández (2007-2015), de ocultar información y de haber «mentido sistemáticamente, borrando líneas entre la realidad y fantasía» y se comprometió a publicar el estado de cada área de Gobierno a diciembre de 2015, cuando asumió.
Macri precisó que entre el 2006 al 2015 los argentinos pagaron «casi 694.000 millones de dólares de impuestos más que en la década de los noventa», pero señaló que ese aumento de recursos «no implicaron mejoras en escuelas, hospitales y seguridad», ni «permitieron reducir los problemas estructurales de la pobreza y la indigencia».
Según el Observatorio de la Deuda de la Universidad Católica Argentina, el 29 % de los argentinos están bajo el umbral de la pobreza y el 6 % son indigentes.
El mandatario argentino, del frente conservador Cambiemos, advirtió sobre el precario estado de las finanzas argentinas y culpó también al kirchnerismo de que Argentina tenga uno de los índices de inflación más altos del mundo, superior al 20 % y reiteró la voluntad del Gobierno para reducirlo.
Sus palabras fueron recibidas con silbidos por diputados del opositor Frente para la Victoria (FpV), que exhibieron también pancartas en las que podía leerse «No a la destrucción del Estado» y «Basta de despidos».
Además, Macri denunció graves carencias en los sistemas públicos de salud y educación, en seguridad, infraestructuras y en la lucha contra el narcotráfico, mientras que denunció los casos de clientelismo y corrupción detectados en las primeras auditorías.
Entre los cambios realizados por el nuevo Gobierno en sus primeros meses de gestión, subrayó el preacuerdo con los fondos de inversión que exigen el cobro íntegro de títulos de deuda en mora desde 2001 y el acercamiento a países que mantuvieron una tensa relación con Argentina bajo el kirchnerismo, como Estados Unidos y Reino Unido, entre otros.