“Unasur mantiene su voluntad de seguir contribuyendo a la busca de espacios de encuentros entre la oposición y el gobierno”, afirmó Samper en conferencia de prensa en la sede de Unasur, en Quito, el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, y los exmandatarios Leonel Fernández (Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá).
Los tres coincidieron en afirmar que la iniciativa para buscar una salida a la crisis venezolana no surgió de este bloque regional, sino de los actores políticos de ese país, y precisaron que están a la espera de que sea acordada una fecha para iniciar el diálogo entre el gobierno y la oposición venezolanos, pero pidió a la comunidad internacional «no desesperarse».
Samper se congratuló del anuncio desde La Habana de un importante acuerdo para el cese unilateral del fuego por parte de la guerrillera FARC que daría paso a la desmilitarización del conflicto colombiano, previo a la firma de la paz.
“Esta experiencia la menciono porque ha sido posible porque entendimos la importancia del diálogo como mecanismo para la solución de las diferencias”, acotó el también expresidente colombiano (1994-1998) al referir el impacto del enfrentamiento armado en Colombia, con siete millones de víctimas y 280.000 muertos, y el cual estaría a punto de concluir.
Informó que el presidente Nicolás Maduro le telefoneó desde La Habana para expresarle a los integrantes de la misión de Unasur que el gobierno de Venezuela seguirá trabajando sobre las dificultades “en la búsqueda del diálogo como salida política”, que también apoyan la ONU, la Asociación de Estados Caribeños, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americas (OEA) y el papa Francisco, entre otros.
Samper citó una encuesta realizada en la nación venezolana, según la cual el 74% de los ciudadanos apoya el diálogo como salida política, el 82% pide la participación del acompañamiento internacional y el 98% clama por la intervención del Sumo Pontífice.
Esta semana, informaron, una misión técnica de Unasur presentó un informe para resolver la crisis política y económica en Venezuela e impulsar la importación de alimentos y medicinas para suplir el desabastecimiento a la población. “Estamos igual preocupados por la solución, pero estamos aportando soluciones prácticas”, acotó.
Tras lamentar la guerra mediática nacional e internacional que existe sobre Venezuela, Samper afirmó que “es mucho más difícil construir un diálogo que hacer la guerra”, y señaló que en la fase exploratoria se identificaron materias para la agenda “a las cuales no se puede oponer nadie”, entre las que citó como primer principio el “rechazar la violencia como forma de acción política”.
Dijo, además, que no se contrapone el diálogo con el revocatorio y apuntó que ambos son canales legales y constitucionales.
Por su parte, Fernández refirió que corresponde al gobierno venezolano la implementación de las sugerencias presentadas como parte del acompañamiento en este proceso en la parte económica y social.
Señaló que una de las dificultades mayores es el suministro de alimentos y medicinas, para lo cual la Unasur “hace diligencias en Europa y América Latina” a los fines de crear condiciones que permitan la importación de alimentos y medicinas para que pueda resolverse esa situación en el corto plazo.
Confirmó que ha sido establecido un calendario de ruta crítica de corto plazo, entre cuyos puntos resaltan el respeto interinstitucional entre los poderes públicos, Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo Nacional y el Consejo Nacional Electoral.
Además, otro asunto es la Comisión de la Verdad, Justicia y Convivencia Democrática, donde se analizará el tema de los presos políticos y la visibilización de las víctimas; y un tercer punto versa sobre la situación económica y social.
Torrijos, por su parte, señaló “nada puede reemplazar el diálogo” y refirió que para ello ha sido necesario construir mecanismos de confianza para dar paso a las conversaciones y poder llegar a acuerdos para la convivencia democrática.
El titular de la Unasur se refirió también a la disposición del Papa y de El Vaticano a “ayudar en este proceso de reconciliación” en Venezuela y apuntó que la Unasur actúa como facilitador, pero “no es un diálogo cerrado, todo el que quiera ayudar es bienvenido”.