En el sexto aniversario del intento de golpe de Estado, el presidente de la República, Rafael Correa, recordó pasajes del 30 de septiembre de 2010 y cuestionó el papel que jugaron ese día sectores políticos y dos comandantes militares, ahora devenidos en opositores a su gobierno, que demoraron en iniciar el rescate del hospital policial donde se encontraba retenido.

Agencia Andes

“Hoy entiendo la demora en actuar de las FF.AA. El jefe del Comando Conjunto, Gral. Ernesto González; el comandante de la Marina, Aland Molestina, hacían cálculos. Su deber no era con la Constitución y ni el Presidente, sino con sus intereses. Por fin tuvieron que decidirse al ver decenas de miles de personas en las calles, así como el contundente apoyo internacional”, escribió el mandatario en su cuenta de la red social Twitter.

El presidente valoró la respuesta espontánea del pueblo que por primera vez salió a defender a un gobierno, a diferencia de la década pasada en la que miles salieron a las calles pero para rechazar a regímenes como los de Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez.

“Hace 6 años triunfó la democracia a un precio muy alto. Por primera vez en la historia el pueblo salió espontáneamente a las calles para defender a su gobierno”, redactó Correa, al tiempo que deploró el accionar de actores y organizaciones políticas que, se autoproclaman de izquierda, que alentaron las protestas de un sector de la Policía, que dejó de cumplir su misión de proteger a la sociedad, y se sublevó para reclamar sobre supuestos perjuicios contenidos en las reformas a una ley para los servidores públicos que se aprobó en esa época.

“A las 10 de la mañana, ya PK (el movimiento indígena Pachakutik) pedía la renuncia del presidente. (La dirigente indígena Lourdes) Tibán felicitaba a los policías que pateaban y disparaban contra nuestro pueblo, entre ellos, su hermano”, agregó el jefe de Estado.

También señaló al extinto Movimiento Popular Democrático que en la ciudad portuaria de Guayaquil al mando de una dirigente sacó a las calles a estudiantes de un plantel secundario para sumarse a las protestas, sin tomar en cuenta que estaba cerca del mayor cuartel policial de esta urbe, la más poblada de Ecuador.

“El MPD alentaba a los insubordinados a tomarse la Asamblea, y sacaba a los chicos de los colegios para que sirvieran de carne de cañón”, anotó.

Recordó, además, cuando un grupo de asambleístas, dirigidos por dirigentes socialcristianos, se reunió en un hotel de Quito a “celebrar” con bebidas alcohólicas la caída del gobierno, mientras en las calles se desarrollaban fuertes enfrentamientos protagonizados por gendarmes que impedían que miles de civiles lleguen hasta el hospital policial para rescatar al mandatario.

“La oposición se reunía en un hotel de lujo, para con whisky importado celebrar la caída del gobierno. Todos ellos ahora nos hablan de democracia y Derechos Humanos”, publicó el primer mandatario.

Volvió a condenar la toma de la Asamblea, aeropuerto de Quito, el canal público, carreteras y puentes por parte de manifestantes que se sumaron a las protestas de la Policía y pese a esa presión, señaló: “No claudicamos en nada. Dijimos claramente que salíamos de nuestra reclusión como Presidente o como cadáver. Por fin, la democracia triunfó”.

Finalmente, expresó su gratitud con los uniformados y al pueblo que el 30 de septiembre de 2010 defendió la democracia. “Nuestra gratitud a los militares y policía heroicos que actuaron ese día y, sobre todo, a nuestro pueblo. ¡Unidos somos invencibles!”, puntualizó el jefe de Estado.