Esta operación se produce poco más de un mes después de un ataque contra una discoteca de Estambul, que dejó 39 muertos la noche del 31 de diciembre, reivindicado por el grupo EI.
Unos 150 sospechosos fueron detenidos en Sanliurfa (sudeste), 60 en la capital, Ankara, y decenas más en otras provincias, precisaron las fuentes.
Entre los detenidos en Ankara hay varios extranjeros. En la habitualmente tranquila ciudad de Esmirna fueron detenidas nueve personas sospechosas de viajar a y desde Siria y planear atentados, según Anadolu.
La matanza en la discoteca Reina marcó de forma sangrienta el inicio de año en Turquía, un país sacudido en 2016 por una ola de atentados atribuidos al EI y a rebeldes kurdos.
El estado de emergencia, instaurado tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio, fue prolongado poco después por tres meses por el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.
El atentado fue perpetrado mientras el ejército turco intentaba tomar la ciudad de Al Bab, un bastión del EI en el norte de Siria, donde Ankara había lanzado una ofensiva contra los yihadistas y las milicias kurdas.
En su comunicado de reivindicación, el EI acusó a Turquía, un país de mayoría musulmana, de haberse aliado con los cristianos, probablemente en alusión a la participación turca en la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos.