A las 12:40 la caja ya estaba embarcada en un avión más pequeño esta vez de la Fuerza Aérea Ecuatoriana y partió de Guayaquil rumbo a Galápagos con cinco ocupantes.
“El ilustre hijo de nuestras islas vuelve a casa”, anunció el Ministro del Ambiente por su cuenta de twitter, minutos antes del arribo del Solitario George al archipiélago.
El cuerpo del quelonio, quien por 40 años fue el único representante de las tortugas gigantes de la especie Chelonoidis abingdonii, de la isla Pinta, ha pasado por una larga travesía, desde que falleció por causas naturales el 24 de junio de 2012.
Después de la necropsia que determinó que murió de vejez, fue trasladado hasta Nueva York para que su cuerpo sea sometido a un riguroso proceso para garantizar su preservación. Este largo trabajo fue posible gracias al apoyo científico y financiero de Galapagos Conservancy y al trabajo de los especialistas del estudio de taxidermia “Wildlife Preservations” en Woodland Park, Nueva Jersey, liderado por George Dante.
George quedó impecable y fue exhibido durante tres meses en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Sin embargo, era su destino y compromiso del Gobierno Nacional que la emblemática tortuga regrese a su hogar.
A las 14:50 aterrizó en la pista de Baltra, en donde le esperaba una comitiva liderada por el director del Parque Nacional Galápagos, Walter Bustos y el emblemático guardaparque Fausto Llerena, que cuidó de George durante 30 años.
“Las islas Galápagos son su hogar, los habitantes son su familia, sus amigos. Felicitaciones a todos los que arrimaron el hombro para traerlo. Lo logramos, me siento orgulloso de haber contribuido”, dijo el Ministro Walter García, tras recibir al Solitario George en la sala donde se exhibirá por siempre.
Entre los asistentes al arribo de la emblemática tortuga reinó la algarabía. A la comitiva de guardaparques se sumaron miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, quienes no pudieron ocultar su emoción por el histórico retorno.
Visiblemente conmovido estuvo presente en todo momento Don Fausto Llerena, ese legendario guardaparque que hizo de la tortuga, un integrante más de su familia. “Bienvenido Solitario” gritó emocionado al aterrizar el avión. “Yo siempre le dije a mi esposa que él sí iba a volver”.
Galapagos Conservancy, la organización que tras la muerte de George se comprometió a llevarlo hasta el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York para que sea taxidermado y luego traerlo de vuelta a su hogar como un símbolo de esperanza, hizo la entrega formal del quelonio. “Esta no era una tortuga más, era el Solitario George, por eso no escatimamos esfuerzos para cumplir con nuestro objetivo de ver a George nuevamente en casa y hoy lo cumplimos”, dijo Washington Tapia en representación de Johannah Barry Presidenta de la organización.
Precisamente ayer se inauguró la “Ruta de la Tortuga”, un sendero turístico auto-guiado que conduce al centro de reproducción y crianza en cautiverio “Fausto Llerena”, y a la sala “Símbolo de Esperanza” donde el público a partir del 23 de febrero próximo, podrá ver al Solitario George, de domingo a domingo, de 08:00 a 18:00.