Antes de viajar a la capital del departamento del Putumayo, en la zona de frontera con Ecuador, el jefe de Estado colombiano declaró la emergencia económica, social y ecológica para atender la catástrofe que prácticamente borró del mapa la mitad de los barrios de Mocoa, que hoy llora a sus fallecidos.
La emergencia fue ocasionada por el fuerte aguacero que cayó en la ciudad el viernes por la noche y que causó el desbordamiento del río Mocoa y sus afluentes, el Sangoyaco y el Mulatos que, convertidos en una avalancha de fuerza descomunal, arrasaron todo lo que encontraron a su paso.
Río Mocoa abajo, decenas de socorristas y lugareños inspeccionaban hoy las orillas del cauce en busca de los desaparecidos, que nadie sabe a ciencia cierta cuántos son, con la esperanza de poder encontrar los cadáveres para darles sepultura, o de un milagro, casi imposible a estas alturas, que permita hallar a alguien con vida.
A destajo hombres y mujeres se mezclan con soldados, bomberos voluntarios, la Cruz Roja y otros organismos de socorro para buscar a sus seres queridos, a un vecino, o a un amigo.
En inmediaciones de la localidad de la aldea de San José del Pepino, Efe pudo constatar cómo los equipos de rescate recuperaron un cuerpo atrapado entre las piedras de un angosto cañón.
El cadáver fue recuperado por los equipos de la Cruz Roja y del Ejército que después de mucho esfuerzo lograron envolverlo en una lona verde y subirlo a un camión militar.
Mientras tanto en Mocoa, los supervivientes comenzaron a sepultar a los muertos que dejó la riada de un pueblo que ve por sus calles gigantescas rocas, automóviles destrozados y pedazos de construcciones que fueron llevados por las aguas hasta el centro de la ciudad.
Hoy fue un día de sepelio colectivo en el que los mocoanos, usando tapabocas para tratar de espantar la fetidez que se siente en el ambiente del Parque Cementerio Normandía, despidieron entre lágrimas a decenas de fallecidos en la avalancha, en un acto en el que parecían ser una sola familia.
Al final de la tarde, el presidente Santos llegó nuevamente a la ciudad donde presentó el nuevo balance de 273 fallecidos y 262 heridos.
El jefe de Estado, que decidió pernoctar en Mocoa para seguir de cerca las tareas que llevan a cabo cerca de 1.900 personas entre socorristas, militares y personal sanitario, añadió que se han realizado 193 necropsias y se han entregado 100 cadáveres a sus familias.
«Yo me quedo a dormir hoy y mañana vamos a hacer una revisión de todo lo que tiene que ver con la recuperación de Mocoa, todas las obras de más envergadura y cómo se van a iniciar y a planificar», manifestó.
Según el mandatario, lo que hicieron este lunes las autoridades fue un repaso para tomar las medidas correctivas para la parte de la emergencia que todavía es un gran desafío», pero, aclaró, «desde ya hay que comenzar a darle esperanza a la gente y decirle que van a quedar mejor de lo que estaban».
La declaración de la emergencia social y económica anunciada hoy por Santos permite al Gobierno realizar, entre otros asuntos, contrataciones directas y simplificar trámites burocráticos para atender la catástrofe.
Por ello, en un consejo de ministros celebrado hoy, se decidió el traslado de 40.000 millones de pesos (unos 14 millones de dólares) del Fondo Interministerial a la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD) que lidera las tareas de socorro a los afectados.
El presidente nombró al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, como gerente de la reconstrucción de Mocoa, cargo que desempeñará paralelamente con el actual.
Villegas ya hizo esa labor como presidente del Consejo Directivo del Fondo para la Reconstrucción del Eje Cafetero (Forec), responsable de la recuperación de las ciudades del centro del país que fueron devastadas el 25 de enero de 1999 por un terremoto de magnitud 6,2 que dejó 1.185 muertos.
A su llegada a Mocoa, Santos recibió esta tarde una llamada telefónica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y otra del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quienes le expresaron su solidaridad por el momento difícil que vive el país, según informó la Presidencia.