Alberto Acosta Burneo, analista económico, habló en Notimundo sobre los niveles de desempleo en el país y los incentivos para el uso de dinero electrónico.

El analista económico, Alberto Acosta Burneo aseguró que las cifras de desempleo publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), correspondientes al mes de marzo de este año, evidencian una “situación crítica de la economía ecuatoriana”.

Según indicó, la recaudación del Servicio de Rentas Internas (SRI) por concepto del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en el primer trimestre de este año cayó un 17 %  con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que indica menos ventas y menos empleo.

Dijo que las cifras de desempleo son preocupantes. A marzo de este año, 152 000 personas pasaron al desempleo en comparación al mismo periodo del año anterior, según cifras del INEC. Para el economista, esto revela un marcado deterioro del mercado laboral, destrucción de empleos adecuados o formales, configurando un escenario de crisis en el país.

Explicó que el sector urbano es el más dependiente de la actividad empresarial y en donde más ha aumentado el desempleo, pasando del 4,8 % al 7,4 % con respecto a 2015. Para el analista, las nuevas leyes tributarias no ayudarán a la generación de nuevos puestos de trabajo y por el contrario, acentuarán el círculo de contracción en el que se encuentra la economía ecuatoriana: más tributos – menos capacidad adquisitiva – menos ventas – más despidos – menos ingresos – menos capacidad adquisitiva, etc.

Con respecto a los incentivos para el uso de dinero electrónico, aseguró que se trata de un intento del Gobierno por reducir la salida de divisas del país y tener circulante. El año anterior salieron 1 500 millones de dólares de la economía ecuatoriana, lo que complica la liquidez y, por ende, la actividad económica en el país.

Acosta cree que lo conveniente no es impulsar el dinero electrónico sino las exportaciones y la producción nacional. No obstante, el Gobierno se ha decidido por un mecanismo de pago que le resulta peligroso porque inyecta liquidez en la economía de manera artificial, infla la base monetaria y el riesgo es que no exista el respaldo monetario suficiente para sostenerlo, generando mayor incertidumbre y perjuicios para la inversión en el país.