En Notimundo al día, el escritor y periodista Alejandro Querejeta Barceló dialogó sobre los desafíos éticos y profesionales frente a la cobertura periodística de hechos salpicados por discursos de odio.

Fotografía retomada de diario "La Hora".

El escenario mundial no es ajeno a los discursos de odio. El racismo, la discriminación, la islamofobia y la apología a la violencia son reincidentes en los acontecimientos cotidianos. “El odio se ha entronizado hoy día a nivel mundial desde distintos ángulos”, indicó Alejandro Querejeta editor del diario La Hora. Ecuador, consecuentemente, también es partícipe de ello.

Según el periodista, el origen, mono o pluri causal, de estos discursos es indeterminado; pues se entrelazan sistemas ideológicos, filosóficos, religiosos, políticos y culturales proyectados en el lenguaje y acciones concretas. Para la cobertura de estos hechos, “hay que buscar en el ejercicio periodístico una distancia de todos estos asuntos”, comentó.

La violencia también es evidente en los discursos políticos y en el ejercicio de gobernación. De acuerdo con Alejandro Querejeta, “en nuestros países de América del Sur (los discursos violentos) están basados en una lucha a muerte por el poder”. Ecuador replica este patrón, incendiado aún más por las redes sociales.  La tarea del periodista, reflexionó Alejandro, encaminada a “la construcción de la verdad de los hechos, tiene que ser mucho más cuidadosa”; exige “ejercicios de decencia para enfrentar con más cautela estas tendencias que se están viendo en la esfera ciudadana de nuestros países”.

Cuando el discurso del odio se vale del poder y de los recursos del aparato estatal, opinó el escritor, se convierte en algo extraordinariamente peligroso. La contribución de los medios es “serenar las aguas de lo que se ha producido y pensar un poco más en el país”.