Con 78 votos a favor de 100 asambleístas presentes, se aprobó el proyecto de Ley Orgánica de Extinción de las Universidades y Escuelas Politécnicas suspendidas por el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) y Mecanismos para Asegurar la Eficiencia en la Distribución y Uso de Recursos Públicos en el Sistema de Educación Superior.

Asamblea

Con esta ley se pone fin a uno de los capítulos más preocupantes en lo que a educación superior se refiere. Las cifras muestran la realidad de lo sucedido, pues fueron alrededor de 38 mil estudiantes quienes se vieron inmersos en esta situación. Sin embargo, según explicó Raúl Abad, presidente de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, alrededor de 20 mil universitarios terminaron ya sus carreras a través del denominado Plan de Contingencia, que se creó para que esos jóvenes tengan una alternativa y terminen lo que empezaron.

Para el asambleísta Diego Vintimilla, era necesario que la extinción termine con esta ley, para que jurídicamente exista también un cierre. “Hay temas que hoy se toman por el momento político que vive el país, pero no es posible defender a universidades que se cerraron porque no cumplían las mínimas características para tener una oferta académica que valga la pena, no es posible que aún se defiendan esos que fueron negocios, porque la educación jamás debe ser vista como una forma de lucrar”, dijo.

La Universidad en Chimborazo

El asambleísta Ricardo Moncayo se refirió al cierre de la Universidad Interamericana de Ecuador, en Chimborazo y dijo que está de acuerdo con la extinción de las casas de estudios superiores, con excepción de la Interamericana, pues según dijo, no tenía cinco años desde que se convirtió en universidad y ese es el tiempo que le da la ley para seguir el proceso.

Raúl Abad explicó que es necesario hacer reformas, para terminar con el proceso. Además se refirió al fideicomiso que también está considerado, con el cual se cumplirán las obligaciones económicas pendientes que tenían las universidades cerradas, siempre y cuando esas deudas no sean con personas vinculadas a las universidades extintas.

“Nadie está detrás de los estudiantes marcando la carrera, pero debemos entender que existen cupos, por eso deben ser los mejores puntajes los que entren en esas carreras. A las universidades se les dio un plazo desde 2008 a 2012 para que mejoren la calidad y no hicieron nada. El Plan de Contingencias fue de inmediato. Las educación no es de lucro. El fideicomiso es para pagar las deudas pendientes de las universidades cerradas”, finalizó Abad.