La Asamblea Nacional llega a los cien días de gestión en medio de una turbulencia política caracterizada por camisetazos, la atomización de fuerzas, conflictividad interna, escándalos y una baja producción legislativa y de fiscalización.

Créditos: El Universo

Este periodo legislativo se estrenó el 14 de mayo pasado, con la ruptura de una alianza política entre el Partido Social Cristiano (PSC) y el Movimiento Creando Oportunidades (CREO), que permitió a Guillermo Lasso alzarse con la Presidencia de la República.

Pero a nivel legislativo esa coalición se resquebrajó minutos antes de la designación de las nuevas autoridades de la Asamblea Nacional, donde CREO optó por dar un giro de posiciones hacia los sectores de izquierda y entregó a Guadalupe Llori, la presidencia de la Función Legislativa, dejando de lado el pacto con el PSC.

Ese arranque legislativo fue medido por la encuestadora Click Report. Su director, Francis Romero, afirma que el 39,61 % de la población aprobó el inicio de esta nueva Asamblea, con lo cual cambió la posición que tenía la ciudadanía con relación al anterior Parlamento, que terminó con niveles de aceptación menores al 5 %.

Romero espera volver a medir a la Asamblea a los cien días de gestión, pues considera que sin duda los escándalos de las últimas semanas sobre el tema de la asambleísta de Pachakutik Rosa Cerda, el tratamiento del juicio político al excontralor Pablo Celi, los conflictos entre la presidenta de la legislatura, Guadalupe Llori, y el presidente de la Comisión de Fiscalización, Fernando Villavicencio, y ahora la denuncia sobre coimas en contra de la representante de la Izquierda Democrática, Bella Jiménez, tienen un afectación directa, cuando el ecuatoriano lo que busca son consensos y transparencia.

Cuando estos miniescándalos que llegan a ser titulares en los medios de comunicación, añade Romero, desprestigian y perjudican a la nueva Asamblea.