Los mexicanos votaron el domingo para elegir un nuevo presidente, cansados de la corrupción y la violencia que agobian al país y buscando un cambio como el que promete el candidato favorito de izquierda, Andrés Manuel López Obrador.

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En la lucha por suceder a Enrique Peña Nieto al frente de la segunda mayor economía de Latinoamérica, López Obrador llegó con una ventaja de dos dígitos en los sondeos sobre sus escoltas: Ricardo Anaya, de una coalición encabezada por el derechista PAN y el izquierdista PRD; y José Antonio Meade del gobernante PRI.

Las casillas en la mayor parte de México cerraron a las 18.00 hora local (2300 GMT) pero las primeras encuestas a boca de urna empezarán a divulgarse a partir de las 20.00 (0100 GMT del lunes), cuando cierra la votación en todo el país.

La autoridad electoral dará a conocer a las 23.00 (0400 GMT del lunes) su conteo rápido, una muestra nacional de los resultados presidenciales que tendrá un margen de error del 0,5 por ciento.

Por la mañana, López Obrador, quien busca la silla presidencial por tercera vez consecutiva, dijo que esperaba que sus compatriotas mostraran ese deseo de cambio en las urnas “y tan pronto pase la elección iniciemos una etapa de reconciliación nacional”.

Durante una violenta campaña en la que decenas de candidatos fueron asesinados por el crimen organizado, AMLO -su apodo por sus iniciales- prometió erradicar la corrupción y ajustar el modelo de libre mercado, lo que inquietó al sector empresarial de un país con un modelo económico ortodoxo.

“Que nos cumplan con las promesas que nos han hecho, sobre todo la inseguridad, la corrupción en primer lugar, estamos defraudados de los políticos”, dijo Javier Cruz, jubilado ferrocarrilero de 76 años, quien votó en la capital.