El cadáver de Carlos Manuel Mosquera Ibarra fue hallado por las autoridades la noche del pasado jueves 27 de diciembre de 2018, confirmaron a EL COMERCIO sus familiares. El hombre -de 56 años de edad- desapareció el pasado miércoles 19 de 2018 después de informar a su familia que se reuniría con una persona por razones de trabajo.

Diario El Comercio/ Carlos Mosquiera

El cuerpo fue encontrado atado de manos y yacía en una oficina ubicada en Quito. El dueño del inmueble asegura que arrendó la oficina a una persona que, decía, instalaría allí una agencia de viajes. Sin embargo, dicha agencia nunca operó.

La oficina se encuentra en el barrio Las Casas Bajo, en el mismo sector donde Carlos Mosquera había informado a la familia que se reuniría con un cliente interesado en comprar mercancía el 19 de diciembre último.

La cita fue pactada en las calles Versalles y Diego de Atienza. Una hora después, a las 09:00, su vehículo fue encontrado en la misma dirección, intacto, contó su hermano Fabián Mosquera a EL COMERCIO.

«No entendemos por qué esta gente tomó esa represalia», comenta Fabián, desconcertado. Él iba a cumplir con su trabajo con un nuevo cliente. De lo que sabemos, trataron de hacer una estafa a la importadora donde él trabaja y no se concretó. No pudieron hacerlo y entiendo que por eso hicieron lo que le hicieron a mi hermano». Comenta que no puede dar más detalles de lo ocurrido porque la investigación de Dinased aún está en curso y que, además, no maneja mayor información hasta el momento.

La Policía Nacional realizó un rastreo de su teléfono móvil en el que se determinó que su última conexión fue a las 19:00 de ese mismo día, en el barrio Calderón, cerca de las bodegas desde donde la importadora despachaba su mercancía. Ese es el último rastro que los agentes hallaron de Carlos Manuel Mosquera Ibarra.

Era el segundo de cinco hermanos, padre de tres hijas y abuelo de un pequeño de dos años. Su hermano Fabián lo recuerda como un hombre «de hogar, dedicado 100% a su familia. Nunca de salir de noche, ni nada de eso. No porque fuera mi hermano, sino porque así era él. Dedicado a cumplir sus labores y por eso es que acudió a esta cita».

«Al igual que mi padre, un caballero en todo el sentido de la palabra»; así lo describe su hermano, quien es ocho años menor. «Buen hombre, hermano, hijo… Preocupado siempre de mi madre. Siempre vimos en él un ejemplo».

Fuente: El Comercio- Nota original: LINK