El mítico cantante y compositor ecuatoriano, Carlos Rubira Infante, falleció este viernes 14 de septiembre a los 96 años en un hospital en Guayaquil. El artista fue descubridor de jóvenes talentos y autor de unas 600 canciones en géneros nacionales.

El Telégrafo

El pasado abril, el compositor fue elegido para ingresar, junto con otros cuatro músicos, al Salón de la Fama de los Compositores Latinos en Miami.

Nacido el 16 de septiembre de 1921, Carlos Aurelio Rubira Infante fue un cantante y compositor de géneros como pasillos y pasacalles. Incursionó en la música en el programa La Hora Agrícola, que se transmitía por la señal de la antigua emisora de EL TELÉGRAFO.

Más adelante conformó dúos como Vera Santos-Rubira y se presentaba junto con cantantes de la talla de Olimpo Cárdenas, con quien conformó el dúo Los Porteños.

Entre sus canciones más conocidas se encuentran títulos como “Guayaquileño madera de guerrero”, “Ambato tierra de flores”, “Esposa”, “En las lejanías”, o “Playita mía”.

Además de su prolífica obra, a él se le atribuye el descubrimiento y el apoyo de talentos como Fresia Saavedra, la “Señora del Pasillo”; Liliam Suárez, o Julio Jaramillo, el “Ruiseñor de América”, a quien conoció cuando este se ganaba la vida trabajando en una zapatería.

Entre sus más recientes discípulos está el cantante Fernando Vargas, con quien conformó brevemente un dueto. Una de sus principales características es su amor por la patria. Así compuso muchos temas cantándole a su tierra.

Además del representativo “Madera de guerrero”, es autor de la música de “Guayaquil, pórtico de oro” y también ha escrito canciones como “Venga conozca El Oro”, “Lindo Milagro” o “El cóndor mensajero”, dedicada al cantón Alausí. En 2008 recibió el Premio Eugenio Espejo a las Artes y Creatividades.

Fuente: El Telégrafo