Desde mayo de 2020 se aplicará el nuevo modelo de calificación de las deficiencias, que irá en el reverso del documento de identidad. Este proceso concluirá en febrero de 2021 para quienes tienen carné del Conadis y para aquellos con MSP arrancará en abril de 2021.

El porcentaje de discapacidad se evalúa de acuerdo a la restricción en la participación que presenta una persona. Créditos: Twitter - CONADIS

Para acceder a la nueva calificación primero se debe llamar al número 171 que es el centro telefónico de atenciones del MSP. Ahí se selecciona la opción 4 de atención e información a personas con discapacidad y se agenda una cita. Para el día de la calificación, la persona con discapacidad deberá llevar el certificado médico de su condición que debe haber sido emitido por un especialista.

El mismo debe llevar la firma del galeno y el sello, de la casa de salud que le atendió pública o privada. Este trámite debe hacerlo antes de la fecha de la cita.

Según el grado de discapacidad se aplican los impuestos. Quienes tienen entre 30% y 49% reciben un 60% de descuento. 34 medidas de acción afirmativa existen en el país a favor de las personas con discapacidad.

El proceso de calificación de la discapacidad es una competencia  de los equipos especializados con los que cuenta el Ministerio de Salud. Las personas con carné del Conadis serán las primeras en calificarse, según su último dígito.

Al momento existen 485.834 personas que poseen carné de discapacidad en el país; 166.101 de la especie del Conadis y 319.733 del MSP, que inicialmente caducaban durante 2020, pero dado el nuevo proceso de calificación su vigencia se extenderá hasta 2023.

El objetivo, según Xavier Torres, presidente del Consejo Nacional para la Igualdad de las Discapacidades (Conadis), es que hasta 2023 se eliminen los carnés porque toda la información estará registrada en la parte posterior de la cédula.

Mientras eso ocurre, el Conadis velará porque se respete la validez de los carnés y los derechos de las personas con discapacidad en trámites como la importación de automóviles o el cobro de bonos.

Fuente: El Telégrafo – Nota Original: LINK