El Consejo Nacional Electoral (CNE) entregó, esta mañana, las cartas credenciales al presidente y vicepresidente electos, Lenín Moreno y Jorge Glas, respectivamente.

El Telégrafo

La entrega oficial se realizó en el salón Mejía Lequerica, de la Asamblea Nacional. Patricio Baca, presidente del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), señaló que ambas autoridades fueron electas de un proceso transparente, limpio y apegado a la normativa constitucional y legal. Recalcó que tras las elecciones del 2 de abril no hubo ni un solo reclamo al TCE.

Condenó los ataques de los que fueron víctimas en las redes sociales. Por ello, pidieron reforma al Código de la Democracia para que se garantice la honra de las personas.

«Basta que a través de trolls se siga ofendiendo a la dignidad ecuatoriana». Pidió al Presidente que en las reformas al Código se incluyan «no mecanismos de restricción a libertad de expresión, sino mecanismos para evitar que se dañe la honra de los ciudadanos».

Fausto Holguín, secretario del CNE, leyó el acta de proclamación de ambas autoridades. En la ceremonia estuvieron, entre otros, el presidente del CNE, Juan Pablo Pozo; los concejales del organismo electoral y además las autoridades de la Asamblea, entre ellos José Serrano, presidente de la Función Legislativa.

Juan Pablo Pozo, presidente del CNE, señaló que en esos comicios se respetó la voluntad del pueblo ecuatorianos. Señaló que el CNE dio pasó para las organizaciones se informen, auditen y participen en las diferentes etapas del proceso electoral, pero «hubo quienes usaron tarimas para decir que se les cerraba las puertas. Nunca les interesó involucrarse seriamente, querían lograr con el escándalo lo que no lograron en las urnas».

Afirmó que quienes hablaron de «fraude» jamás presentaron pruebas de inconsistencias, pero que «nunca presentaron nada». Afirmó que en los pasados comicios el único «fraude fue moral por tantas mentiras e infamias alrededor del proceso». Recordó el recuento que realizó el organismo electoral de 1’500.000 de votos.

La calificó como «una tercera ronda electoral que ratificaron los resultados del 2 de abril, reflejando que la sociedad ecuatoriana es honesta y no fraudulenta». Agregó que se atentó en los comicios contra la dignidad y la honra, «que pueden entender aquellos que están dispuestos siempre a comprar todo y eso les molesta que la voluntad popular no es una mercancía».