Grupos a favor de la despenalización del aborto marcharon desde el parque de El Ejido hasta las inmediaciones del Palacio de Gobierno como forma de protesta por la no aprobación del artículo 150 del Código Orgánico Integral Penal que legalizaba el aborto por violación.

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Aborto por violación. Créditos: El Telégrafo

Las activistas llevaban carteles con consignas en contra de los más de 40 legisladores que se abstuvieron y votaron en contra del artículo.

«En la calle ya es ley», «madres por decisión y no por obligación», «ser madre a los 11 no es una bendición, es una violación», eran las frases que se podían leer en los carteles.

Nancy Calderón, del Bloque Nacional Feministas, dijo que el frente pide la destitución de los legisladores que votaron en contra del artículo 150, como de los asambleístas que son parte de la Comisión de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia.

Calderón señaló que más de 17.000 mil niñas «parieron» como producto de una violación. Carolina Peña, miembro del colectivo Feminismo a Pie, dijo que no descartan reuniones con el Ejecutivo, que tiene 30 días para vetar la ley.

En primera instancia, los manifestantes, en su mayoría miembros de grupos feministas, se apostaron en las afueras de la iglesia San Francisco, en la Plaza Rocafuerte, pero luego avanzaron hasta la Gobernación del Guayas.

Las integrantes de la protesta quemaron una imagen de la asambleísta María Mercedes Cuesta gritando «oportunista, traidora», en relación a su ausencia el día de la votación. Cuesta había justificado su inasistencia por un tema de salud.

Otra de las manifestantes expresó que «hay que decirle al Gobernador y al Estado que sí tienen una manera de sacarnos de la calle y es que sea ley (el aborto por violación)».

En los bajos de la Gobernación enunciaron una proclama en la cual «se exhorta al Presidente de la República a que, en uso de sus facultades constitucionales, realice un veto parcial al proyecto de reformas al Código Orgánico Integral Penal, en relación a la despenalización del aborto por violación».

 

Fuente: El Telégrafo, nota original: LINK