Estas dos selecciones se enfrentarán mañana por un cupo a la final de la Copa América Centenario. Los estrategas José Pékerman y Juan Antonio Pizzi tienen varias bajas en sus plantillas.

El Telégrafo

Después de la agónica clasificación a semifinales contra Perú, la selección Colombia sueña con llegar a la final de la Copa América Centenario. Con casi tres jornadas de recuperación, la selección cafetera trabaja a todo vapor en Chicago para enfrentar mañana a Chile. Ayer, el equipo se dividió en 2 grupos, los jugadores que fueron titulares en el compromiso frente a Perú hicieron trabajos de gimnasio, mientras que el resto se entrenó con normalidad. El plantel no lo hizo por completo ante la duda del lateral Farid Díaz. Otro jugador que no terminó bien el partido del viernes pasado fue Cristian Zapata. Su tobillo terminó inflamado, pero al parecer no tendrá problemas para estar en el encuentro contra Chile. Sobre el caso de Díaz, el técnico de la selección colombiana, el argentino José Pékerman, dijo en rueda de prensa que no tendrá ningún problema para jugar ante Chile.

Ayer se conocieron intimidades del seleccionado colombiano que fueron plato central en los medios. En varios portales deportivos se destacó que a los jugadores colombianos no los motiva el dinero, sino la gloria. Todos, con su futuro económicamente resuelto, sueñan con darle un título al país y quedar en la historia, aunque la mayoría ya lo hizo con su brillante actuación en el Mundial de Brasil 2014. Por eso, así a veces jueguen mal, como lo hicieron con Perú, dejan el alma en cada partido. De eso no hay duda. Aunque por momentos falten ideas, sobran entusiasmo y actitud.

En Colombia todavía queda en la retina de los aficionados las lágrimas de James Rodríguez después de la victoria ante Perú en la definición por penaltis y la clasificación a las semifinales. Eso lo sabe Pékerman, quien valora el compromiso de sus dirigidos con la selección y con sus millones de seguidores. Pero el corazón no le hace perder la razón al estratega argentino. Él quiere ganar la Copa América tanto como sus dirigidos y por eso prepara su mejor estrategia para la semifinal en el estadio Soldier Field. En cada declaración insiste en que el principal objetivo de este grupo es clasificar al Mundial de Rusia 2018 y desde esa óptica, entre más lejos llegue en este torneo en Estados Unidos, más sesiones de entrenamiento y trabajo tendrá con el plantel base que en septiembre jugará por las eliminatorias suramericanas contra Venezuela y Brasil; en octubre frente a Paraguay y Uruguay; y en noviembre ante Argentina y Chile.

A finales de 2016 Colombia sabrá si va o no a Rusia, porque habrá pasado la parte más dura de la clasificatoria y si está entre los 4 primeros de la tabla, no tendrá problemas para mantenerse. Sin embargo, en la perspectiva de los comentaristas, la Copa América Centenario no ha sido brillante para Colombia, pero sí mejor que la de Chile, hace un año. De acuerdo con Horacio Linares, de El Periódico de Bogotá, “Colombia esta vez no tuvo bajas por lesión, sino por disposición técnica. Lo que sí es evidente es que con el paso de los partidos, todos finales en un torneo así, algunos jugadores van evidenciando el cansancio tras una exigente temporada con sus clubes”. Colombia se estrenó con una convincente victoria 2-0 sobre la anfitriona Estados Unidos, a la que hizo ver mal, pero que después demostró tener buen nivel, al punto que también avanzó a semifinales.

Contra Paraguay, en la segunda fecha, el equipo mostró dos facetas: una, la de gran conjunto, cuando le pasó por encima a su rival en la primera parte. Y la otra, la de grupo en formación, porque se dejó nivelar el juego, perdió el manejo y terminó sufriendo para sostener el triunfo 2-1.

“A pesar de las críticas, el tercer partido, contra Costa Rica, pudo haber sido el que más enseñanzas les dejó al técnico y a sus jugadores. Los suplentes fueron inferiores a la responsabilidad y cayeron 3-2. Carlos Sánchez recuperó su puesto como titular y quedó claro que hay alternativas, pero no abundancia como creíamos, sostiene Linares. Perú, en cuartos de final, fue una prueba durísima, tanto o más de lo esperado.

Colombia asumió el rol de favorito y buscó siempre el arco de un rival que se metió atrás y solo se preocupó por mantener el cero. Enredada pero con mucha actitud, la selección sucumbió ante el cerrojo que planteó Ricardo Gareca, pero tampoco le dio opciones de anotar a Perú. Luego sacó la jerarquía y se impuso en la definición por penaltis que, de acuerdo con David Ospina, “no es una lotería, sino algo que se trabaja a diario y en donde se muestran el talento y la personalidad de cada futbolista”.

Se viene ahora una nueva semifinal, la séptima para Colombia en 21 participaciones en el torneo continental de selecciones, del que solamente fue campeón en 2001, cuando estuvo de anfitrión. (I) La inclusión de Puch en la delantera es vista como un acierto del DT Fue una goleada histórica, inesperada. El 7-0 de Chile a México en los cuartos de final de la Copa América sorprendió a todos, aunque más a los mexicanos.

El abultado resultado se convirtió de inmediato en la mayor goleada de La Roja desde la Copa América de 1979, cuando los chilenos vencieron 7-0 a la escuadra venezolana. Pero ahora el objetivo está puesto en lo que ocurrirá mañana, cuando el equipo de Juan Antonio Pizzi enfrente a Colombia en Chicago, por la semifinal. El campeón está de vuelta, es lo que se comenta en Chile. Aunque desde un comienzo la Copa América Centenario se planteó como un torneo especial en el que no necesariamente La Roja debería reivindicar su título, el apetito de la hinchada y de los propios jugadores se abrió tras el espectacular juego ante México. En Chile hay mucho optimismo respecto del duelo ante los colombianos, que es visto como un cuadro inferior a lo que habían mostrado los mexicanos antes de su dolorosa derrota.

“La Roja mecánica”, la “Marea Roja”. Así se está refiriendo el mundo deportivo al equipo de Pizzi, quien con el triunfo ante México sepultó el mar de dudas que existía en cuanto al nivel de juego que había mostrado la selección chilena en la primera fase, cuando fue derrotada 2-1 frente a Argentina, aunque venció a Panamá y Bolivia, pero mostrando un juego sin vértigo, como acostumbraba a jugar con Bielsa o Sampaoli. Es precisamente el fantasma de Sampaoli el que comienza a alejarse dado que La Roja ha recuperado su alto nivel de juego, “fútbol total”, como lo denominan algunos. Especialmente “prendidos” han estado las estrellas del equipo: Arturo Vidal, Alexis Sánchez y Eduardo Vargas. Este último marcó 4 goles ante los mexicanos y con seis tantos avanza como el máximo artillero del torneo.

“Edú” es de esos jugadores que no ha podido brillar en sus equipos, pero sí en la selección chilena. Vargas, de hecho, lleva 31 tantos jugando por La Roja y en el ranking histórico solo es superado por Marcelo Salas (37), Iván Zamorano (34) y Alexis Sánchez (34). Otro punto alto en el juego ante la ‘Tri’ fue Edson Puch, exjugador de Liga de Quito. Es que la apuesta de Pizzi por instalar en la delantera a Puch, un jugador sin mayor pasado en la selección, es vista como todo un acierto. Ante México, fue siempre un desahogo para el juego de Vidal y Alexis y anotó dos tantos. Pero el problema para Pizzi ahora es el ‘Rey Arturo’ porque se perderá el partido ante Colombia por acumulación de tarjetas amarillas. En su reemplazo Pizzi ya trabaja con la eventual incorporación de Pedro Pablo Hernández, quien al igual que Puch no tiene mayor historial en La Roja. Pero también toma protagonismo Francisco ‘Gato’ Silva, ya que además Marcelo Díaz quedó lesionado y hay incertidumbre sobre si podrá estar ante la escuadra cafetera desde el comienzo.

También podría volver el lateral derecho Mauricio Isla. Es decir, Pizzi podría jugar atrás con Beausejour, Jara, Medel e Isla, y en el mediocampo con Silva, Díaz, Fuenzalida y Charles Aránguiz. O bien con Hernández más adelantado. El otro “problema” para el técnico chileno es que Puch confirmó que puede estar desde la partida. Es decir, se ganó su lugar en la oncena titular, que también completan Claudio Bravo, Sánchez y Vargas. El equipo de Pizzi deberá jugar en medio de un ambiente de altísimas expectativas de la hinchada, con apetito de volver a coronarse campeón.