La penetración del narcotráfico en las diferentes esferas del poder es cada vez más evidente. La captura de ocho miembros de la Fuerza Naval, que presuntamente estarían dedicados a la venta de cocaína incautada, dio cuenta de la debilidad que aún existe en los procesos de selección y control del personal. En Notimundo al Día, Wagner Bravo, exjefe de Estado Mayor del Ejército, aseguró que es necesaria la articulación de los poderes del Estado para hacer frente a las organizaciones criminales que operan en el país.

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En Notimundo al Día, Wagner Bravo, exjefe de Estado Mayor del Ejército, manifestó su preocupación frente al enquistamiento del narcotráfico en distintas instituciones nacionales, sin embargo, recordó que este no es un problema nuevo, pues se lo ha venido advirtiendo por cerca de 30 años. «La exportación de cocaína ha echado raíces en un gran árbol débil que encontró en el Ecuador«, apuntó.

Para el experto, el descuido en la seguridad y la desinstitucionalización de organismos públicos y privados del país ahora pasan factura. Esto debido a que el crimen organizado, en especial el narcotráfico y la minería ilegal, tratan de corromper a las estructuras del Estado que les hacen frente, como la Policía Nacional, Fuerzas Armadas, fiscales, jueces y políticos.

Factores como nuestra ubicación geográfica también tienen un papel importante, pues Ecuador se sitúa en medio de dos de los principales productores de coca del mundo. «Eso nos ha contaminado; las mafias internacionales mueven muchísimo dinero y han llegado al nivel que ahora vemos», acotó Bravo. No obstante, insistió en que esta práctica no debe ser normalizada, por lo que los malos elementos de la fuerza pública deben ser sancionados, separados e iniciar en su contra un proceso judicial, como se lo hace con delincuentes comunes.

Asimismo, Bravo lamentó que una de las causas de la situación que se vive en el país es una «grave crisis» de falta de valores y principios en la sociedad ecuatoriana. Expresó que en los procesos de admisión para las Fuerzas Armadas se presentan de 5.000 a 7.000 aspirantes, pero como sucedió hace algunos años, en la fase de selección «se metió la mano», cuando bajo el criterio de erradicar la discriminación en las instituciones se permitió que entre «todo el mundo». «Ahí están casos como el de ‘Don Naza’« señaló, recalcando que el proceso debe tener una estricta rigurosidad.

Bravo destacó que la Constitución establece que las FF.AA. y la Policía se rigen de acuerdo a sus propias leyes y reglamentos, por lo que se presentó un proyecto de Ley de Disciplina Militar, pero «luego de 3 años duerme el sueño de los justos». Esta normativa permitiría mayores controles para evitar que el personal que ya incurrió en una falta grave no pueda volver a repetirla.

Indicó que es importante la cooperación con Estados Unidos para que se hagan públicos los nombres de los miembros que están involucrados en estos casos, para que puedan tomarse las acciones pertinentes. Además, manifestó que en Ecuador se debe desarrollar el Plan Nacional de Integral de Seguridad, donde se integran a varias funciones para luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado.

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