Patricia cuenta que uno de los principales valores para que una empresa tenga éxito es la calidad y la innovación. Decocentro volvió a abrir sus puertas al mercado ecuatoriano y busca vender un papel tapiz que imprima personalidad, la misma que tiene toda su clientela.

Boris Andrade

En 1977, un emprendedor ecuatoriano, nacido en Latacunga, abrió las puertas de Decocentro, una empresa importadora de papel tapiz. Su sueño: vender este producto que, en ese entonces, era tan popular en Latinoamérica y Europa. Gracias a sus viajes, conoció a la empresa fabricadora de papel tapiz en Alemania, una de las más reconocidas en esta área.

Su éxito fue inminente, y aunque mantuvo su negocio durante seis años, lo cerró con el fin de emprender fuera del país. Sin embargo, la idea de volver a tener este negocio, seguía intacta. Dieciocho años más tarde, regresó al país y la idea de abrir nuevamente las puertas de Decocentro, volvió a surgir.

En 2006, inauguró nuevamente el local, pero desde hace tres años, Patricia Enríquez, con las enseñanzas que le dejó su padre, decidió tomar las riendas de la empresa, pero con un objetivo primordial: expandir el negocio. Decocentro aumentó desde entonces sus ventas hasta un 80 % y, aunque el papel tapiz no es tan usado en Ecuador y muchas veces pasa a ser un tema de moda, cada vez son más las empresas y los clientes que deciden adquirir este producto para colocarlo en sus paredes. Como lo cuenta Patricia, “el papel tapiz es una piel para las paredes, que ofrece textura, color y diseño. Algo que difícilmente se obtiene con la pintura. Cuando se utiliza papel tapiz para determinado ambiente, se da una personalidad a ese ambiente que hace que los clientes queden fascinados con el producto”.

Actualmente, Decocentro cuenta con una oficina en la ciudad de Quito, y esa es la matriz desde donde importan el papel tapiz alemán. Sin embargo, como parte de la expansión, se abrió  un local en Cumbayá.

El producto estrella, sin duda, es el papel tapiz, ya que cuenta con más de 5.000 diseños en catálogo, y aproximadamente 300 diseños en stock. Patricia, con su visión de crecimiento, cuenta que en el local también se venden cojines que hacen juego con los papeles tapices; paneles autoadhesivos, los mismos que sirven para decorar pequeños espacios de pared; y, además, papeles tapices sobre los cuales se puede pintar, agregando un valor adicional y creando una textura diferente, que hace que los clientes elijan también este producto para ambientar el hogar.

La empresa es distribuidora de papel tapiz en las principales ciudades del país, lo que lleva a Patricia a pensar en otra idea: “Este año, si es que es posible, abriremos en Guayaquil y también en Cuenca”.

Otra de las ventajas de este producto es su bajo costo y su fácil aplicación.  “El papel tapiz no requiere casi nunca de un instalador y toma menos de un día instalarlo, algo que no ocurre con la pintura, por ejemplo. Es fácil de instalar, protege la pared del frío y de la humedad. Son altamente resistentes al sol, lavables, hipo alergénicos y, además, el papel tapiz que utilizamos viene de fuentes renovables”.

Patricia cuenta que uno de los principales valores para que una empresa tenga éxito es la calidad y la innovación. Decocentro volvió a abrir sus puertas al mercado ecuatoriano y busca vender un papel tapiz que imprima personalidad, la misma que tiene toda su clientela.