59 pacientes de enfermedades raras y catastróficas que sintieron vulnerado su derecho a la salud el año pasado, judicializaron sus pedidos para obtener los medicamentos requeridos al Estado. El 37% logró su objetivo.

Créditos: Flickr - Defensoría del Pueblo

El seguimiento a los procesos de adquisición y sus avances -uno de los puntos clave del desabastecimiento– es un tema que trabaja la Coordinación Defensorial Zonal 8 con el hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS para una atención más eficaz a los usuarios.

Sobreviviente de hipertensión pulmonar, una enfermedad poco común e incurable, Jesennia Jiménez, de 36 años, depende de un tanque de oxígeno cada vez que los síntomas arrecian. El padecimiento de esta madre soltera, con un hijo de 10 años, data de una década y le causa dificultad para respirar, tos, mareos, fatiga extrema, hinchazón de cara y extremidades y color azulado en labios y piel. También una discapacidad del 63% que no ha apagado su lucha por una mejor calidad de vida.

Una lucha constante que ha implicado marchas, plantones, cartas a autoridades de Salud y, lo último, una petición a través de la Defensoría del Pueblo, Zonal 8, para conseguir los cuatro medicamentos que la mantienen con vida: Bosentan, Sildenafilo, Digoxina y Rivaroxabán. Los toma de manera irregular por desabastecimiento en el hospital Teodoro Maldonado Carbo (HTMC) del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Guayaquil.

En lo que va del año 2019, la Defensoría del Pueblo Zonal 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), atendió unos 40 casos por falta de acceso a fármacos de enfermedades raras y catastróficas, la mayoría provenientes de pacientes del IESS, en los que se presentaron garantías jurisdiccionales, señala Patricia Mendoza, coordinadora defensorial de esta delegación.

Fuente: El Telégrafo, nota original aquí: LINK