La justicia estadounidense arrestó y acusó a 10 personas, incluidos entrenadores de básquetbol universitario y un alto dirigente de Adidas, de recibir o pagar sobornos para encaminar a jugadores secundarios a determinadas universidades.

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Los detenidos están acusados de los delitos de fraude y corrupción tras una investigación de dos años que contó con agentes encubiertos y cientos de grabaciones secretas, informó el departamento de Justicia.

El director de marketing de Adidas a cargo del básquetbol, Jim Gatto, fue acusado de desembolsar cientos de miles de dólares en sobornos a jugadores de primer nivel en liceos (escuelas secundarias) para dirigirlos a una universidad auspiciada por su compañía, según los documentos difundidos por la fiscalía federal de Manhattan.

En uno de los casos, Gatto y otros acusados son sospechosos de haber pagado USD 100000 a la familia de un liceal para convencerlo de anotarse en una universidad de Kentucky.

La acusación no identifica a la universidad. La prensa estadounidense cree que puede ser la Universidad de Louisville, que firmó un contrato de auspicio de 160 millones de dólares con Adidas en agosto.

Si se confirma, sería un nuevo golpe duro para esta universidad, ya sacudida por un escándalo sobre sus métodos de reclutamiento de basquetbolistas, que incluía entre otros el servicio de prostitutas para hacer la diferencia.

“Hoy nos enteramos de que investigadores federales arrestaron a un empleado de Adidas” pero “no estamos al tanto de ninguna mala conducta y cooperaremos totalmente con las autoridades para entender más”, dijo el martes a la AFP una portavoz de Adidas en Estados Unidos.

Ni la NCAA, la organización a cargo del deporte universitario en Estados Unidos, ni la universidad de Louisville respondieron al pedido de la AFP para comentar la información.

En una conferencia de prensa, el fiscal de Manhattan Joon Kim no quiso dar el nombre de las universidades ni citar directamente a Adidas.

Kim precisó que hasta el momento no hay indicios de que las universidades estuviesen al tanto del esquema corrupto.

‘Coyotes’

“La foto del básquetbol universitario que pintan los cargos no es bonita: entrenadores en algunos de los mejores programas del país aceptando sobornos en efectivo, agentes y asesores rodeando futuras promesas como coyotes, y empleados de una gran compañía deportiva transfiriendo efectivo a familias de estudiantes secundaria reclutados” , dijo el fiscal de Manhattan.

Los acusados “explotaron los sueños de estudiantes atletas” para “enriquecerse a través de sobornos y fraude” en un ataque al espíritu del deporte amateur, añadió.

Aprovechándose de la confianza que tenían en ellos los jugadores, los entrenadores los presionaban para que contrataran a un asesor o un agente cuando se tornasen profesionales a cambio de sobornos de 13.000 a casi 100.000 dólares cada uno, y a veces también a cambio de pagos a las familias, dijo el fiscal en una conferencia de prensa. Uno de los cuatro técnicos acusados es Chuck Person, entrenador adjunto del equipo de básquet de la universidad de Auburn.

Durante los años 80 y 90, este jugador participó en más de 900 partidos en la NBA, donde era muy conocido. Los otros tres entrenadores acusados trabajan en las Universidades estatales de Oklahoma y Arizona y en la Universidad del Sur de California.

En la falda de los agentes

Uno de ellos, Anthony Bland (USC) , decía a asesores y agentes: “Puedo definitivamente moldear a los jugadores y ponerlos en vuestra falda”, contó el fiscal. Los dos principales deportes universitarios, básquet y fútbol americano, generan millones de dólares por año para las universidades, para la organización NCAA que maneja los campeonatos universitarios y para los entrenadores. Pero los jugadores de la NCAA no pueden recibir ni un peso.

Las mayores compañías de ropa deportiva luchan por conquistar auspicios de las universidades con mejores jugadores porque ganan con ello una enorme visibilidad.

Según un estudio del sitio Business Insider publicado el año pasado, 24 universidades estadounidenses obtuvieron más de 100 millones de dólares de ingresos anuales a raíz de sus diversos programas deportivos.

“Los arrestos de hoy deben servir de advertencia a aquellos que conduzcan negocios de esta manera en el mundo del deporte universitario”, sentenció el director adjunto del FBI William F. Sweeney.

Fuente: El Comercio