Un nuevo hecho de sangre reavivó la preocupación de la ciudadanía y enfrentó a las autoridades nacionales y locales sobre su rol en el combate a la inseguridad. En Notimundo al Día, Diego Ordóñez, secretario Nacional de Seguridad Pública y del Estado, defendió el estado de excepción decretado en Guayaquil, Durán y Samborondón, como parte de la estrategia para reducir los índices de criminalidad y evitar que nuevos atentados similares se repitan.

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En Notimundo al Día, Diego Ordóñez, secretario Nacional de Seguridad Pública y del Estado, enfatizó que la declaratoria del estado de excepción en Guayaquil, Durán y Samborondón, busca articular las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, con el fin de reestablecer el orden y evitar que un acto similar se repita.

Ordóñez señaló que el ataque perpetrado en el barrio Cristo del Consuelo, que ha dejado hasta el momento cinco personas fallecidas y 17 heridas, responde a varios factores, como el incremento del tráfico y consumo de drogas en el país, que han concentrado altos niveles de actividad delincuencial en zonas populares de ciudades como Guayaquil y Esmeraldas. Recordó que el atentado suscitado cerca de las 03:00 del domingo 14 de agosto estaba dirigido hacia alias Cucaracha, presuntamente vinculado a la banda Los Tiguerones.

El secretario de Estado destacó que la respuesta del Gobierno se ha dado en dos niveles. El primero e inmediato, fue la declaratoria del estado de excepción, para llevar a cabo operativos de la fuerza pública que ayuden a resguardar la seguridad en zonas conflictivas de la ciudad. El segundo nivel contempla medidas a mediano y largo plazo, donde «necesitamos entender que esto no se puede solucionar de la noche a la mañana», ni tampoco emitir criterios con miras electorales, en relación a las críticas de la alcaldesa Cynthia Viteri hacia el Ejecutivo.

Asimismo, consideró que los violentos ataques de grupos criminales responden también a la declaratoria de guerra que hiciera el Gobierno tiempo atrás a las bandas de narcotráfico, por lo que la reacción de los delincuentes también estaría vinculada a esta lucha de poderes en las calles. Para Ordóñez, el estado de excepción «sí ha funcionado», en cuanto a la reducción de muertes violentas, por ejemplo, pero recalcó que con estas medidas no se elimina el problema, sino que se reducen los índices de criminalidad y la violencia en las zonas de mayor conflicto.

Además, destacó que con la creación de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública y del Estado que ahora preside, el presidente Guillermo Lasso busca llevar adelante una estrategia orgánica para enfrentar el problema de fondo, para reducir el tráfico de drogas en el territorio ecuatoriano, y con ello la disminución de los índices de la violencia y delincuencia.

Gobierno no reconoce al Superintendente de Bancos

Por otro lado, frente a la negativa de reconocer a Raúl González como superintendente de Bancos, luego de que fuera posesionado por la Asamblea Nacional el pasado 11 de agosto, y la presencia de medio centenar de policías en los exteriores de la entidad desde la noche del pasado domingo, Ordóñez rechazó que el Ejecutivo esté interviniendo en otras funciones del Estado y criticó «la falta de coherencia y de respeto» por parte del titular del Legislativo, Virgilio Saquicela, quien meses atrás había sugerido al Gobierno la posibilidad de llevar un diálogo que lime asperezas entre los dos poderes.

«Al Gobierno le responden con un evidente acto de provocación», aseguró el Secretario, debido al desconocimiento de la decisión judicial de que no se lleve a cabo la posesión de González en el cargo. «No se trata de acatar lo que conviene, sino que es un acto ilegal», añadió, y calificó como una «aberración» a lo actuado por el parlamento.

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