La falta de acceso para personas con discapacidad, circular con las puertas abiertas y el uso del espacio para la salida, son algunas de las faltas cometidas por choferes y usuarios.

El Telégrafo

Un bus de la línea 137 circula por la calle Chimborazo y los ciudadanos que utilizan el servicio diariamente notan que al interior hay mayor espacio para los pasajeros de pie y, además, un sitio para personas con discapacidad. Sin embargo, una interrogante salta inmediatamente: ¿De qué sirve un espacio para discapacitados sin una rampa que facilite el acceso a la unidad? Es tan solo una de las inquietudes de los usuarios que, en menos de una semana, deberán pagar $ 0,30 por el pasaje en los buses que certifique la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM).

En la av. del Parque, en Samanes, el personal de la ATM se encarga de verificar el buen estado de la carrocería interna y exterior de las unidades de transporte.Sin embargo, los conductores cumplen a medias el reglamento dispuesto por la entidad una vez que obtienen el Registro Único de la Autoridad de Tránsito (RUAT). Por ejemplo, el estatuto de la ATM establece que ningún vehículo puede circular con las puertas abiertas. En la intersección de Quisquís y José Mascote, donde coinciden líneas como 32, 35, 44 y 171, en menos de 20 minutos, un equipo de este Diario contabilizó a 15 unidades, de un total de 22, que transitaban con las puertas abiertas.

Para Roberto Chalén, chofer de la línea 11, es cuestión de adaptarse a la rigurosidad de los controles porque, admite, tanto conductores como pasajeros “estábamos acostumbrados al desorden”. Durante un operativo conjunto entre otras entidades, el pasado viernes se emitieron 39 citaciones por incumplir con lo dispuesto en el art. 140 de Ley de Tránsito, afirmó Luis Lalama, jefe de Control Operativo de la ATM. En el censo que se realiza en Samanes, se comprueba que el sistema eléctrico de las puertas actúe como sensor e impida que el bus arranque cuando están abiertas. “Lastimosamente hay propietarios que han manipulado el dispositivo, eso no lo vamos a permitir”.

El estatuto establece una multa del 10% del salario básico ($ 36,6) y reducción de 3 puntos en la licencia de conducir al chofer que circule con las puertas abiertas. Otro detalle que por el momento es ignorado por la mayoría de usuarios es la puerta de salida, ubicada en la parte posterior de los automotores más grandes. Mario Guerrero, de La Garzota, ha tenido la oportunidad de subir buses en Durán y Babahoyo que utilizan las dos puertas. No obstante, comenta, la mayoría de las personas está acostumbrada a usar una sola puerta para ingresar y salir. “Eso, pese a que el conductor del bus les indica por dónde deben salir”.

A pocos días de que culmine el censo de la ATM, apenas 883 unidades de 3.000 previstas se han acercado hasta Samanes. Del total, 80 no pasaron la revisión. Fernando Amador, jefe de Tránsito de la entidad, espera que todos los vehículos de transporte se presenten hasta el 15 de agosto, fecha tope para el proceso. El bus que no cuente con el RUAT no podrá circular.