Las dos quejas tendrán que ser conocidas y calificadas por el Consejo de Administración Legislativas, del que las denunciantes son parte.

Créditos: José Bolaños

Las asambleístas Johanna Moreira (ID) y Nathalie Arias (CREO) se denunciaron mutuamente y piden que se las suspendan hasta por tres meses. Ambas afirman que fueron víctimas de agresiones físicas durante la sesión del pleno de la Asamblea Nacional del 2 de junio.

Los hechos se registraron en la continuación de la sesión del pleno 770, del 2 de junio, mientras se trataba la reconsideración presentada por la asambleísta Ana Belén Cordero (CREO) respecto a la votación de la moción del asambleísta Ronny Aleaga (UNES) para que no se acoja el informe de la Comisión de Fiscalización que recomendaba el archivo del juicio político al contralor del Estado subrogante, Carlos Riofrío.

En esa sesión plenaria se produjeron altercados en el momento en que la legisladora antes de Pachakutik Rosa Cerda se demoró en consignar su voto y un grupo de asambleístas, de todas las tendencias políticas, la rodearon en su curul para presionarla en su decisión. En esos momentos, según las quejas, se produjeron las agresiones.

Moreira y Arias, cada una por su lado, presentaron la queja ante el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, y si bien coinciden en señalar la falta administrativa que habrían cometido y señalan la sanción que se debería aplicar, las versiones que narran los hechos son distintas.

Ambas consideran que se cometió una falta administrativa muy grave que está reglada en el numeral 2 del artículo 171 de la ley orgánica de la Función Legislativa, esto es, “agredir físicamente a otro u otra asambleísta, funcionarias o funcionarios, servidoras o servidores parlamentarios dentro o fuera del recinto parlamentario, sin perjuicio de la acción legal ante los órganos jurisdiccionales a la que haya lugar”.

La sanción que se establece para este tipo de faltas es la suspensión, sin remuneración, de 31 a 90 días.

Las dos denuncias deberán conocerse a nivel del Consejo de Administración Legislativa (CAL), del que las dos acusadas son integrantes.

Versión Johanna Moreira

En la queja, la asambleísta Johanna Moreira narra: El día jueves 2 de junio del 2022, en el desarrollo de la continuación de la sesión 770 del pleno de la Asamblea Nacional, desarrollada en el interior del hemiciclo legislativo, ubicado en la av. 6 de Diciembre y Piedrahíta de esta ciudad de Quito, aproximadamente en horas de la tarde, en circunstancias que me acercaba a la curul de la asambleísta Rosa Cerda, se encontraba presente la asambleísta Nathalie Andrea Arias Arias, quien sin mediar motivo alguno procedió a incoarme un codazo a la altura de la cadera, razón por la que reaccioné inmediatamente alejándola de mí, con la finalidad de cesar el ataque en contra de mi integridad física; sin embargo, posterior al ataque, empezó a inferir varios epítetos contra mi buen nombre.

Versión Nathalie Arias

La asambleísta Nathalie Arias, en la queja presentada, narra lo siguiente: Como es de conocimiento público el día jueves 2 de junio de 2022, en la continuación de la sesión del pleno 770, mientras se trataba la reconsideración presentada por la asambleísta Ana Belén Cordero, respecto a la votación de la moción del asambleísta Ronny Aleaga, varios asambleístas de diferentes bancadas se encontraban reunidos en el sector que ocupa la bancada Pachakutik, entre los cuales estuvieron los asambleístas Patricia Sánchez, Paola Cabezas, Roberto Cuero, María José Plaza, Jessica Castillo, Consuelo Vega, Jorge Pinto, Alejandro Jaramillo, Joel Abad, Guido Chiriboga, entre otros.

Al inicio, me encontraba frente a la asambleísta Rosa Cerda, sin embargo, en razón de las actuaciones de los asambleístas Roberto Cuero, Johanna Moreira y Patricia Sánchez, quienes se acercaron a la asambleísta Rosa Elizabeth Cerda Cerda y cada uno la tomó de la cara para hablarle en el oído, procedí a subir a su curul como medida de solidaridad frente a este gesto invasivo de su espacio personal. Ya en el sitio y desde el inicio, me ubiqué con ambos brazos en la cintura detrás de la silla que ocupaba la asambleísta Cerda. Mientras yo me encontraba de espaldas, la asambleísta Moreira, quien minutos antes se había retirado al pasillo, regresó a la curul de la legisladora Cerda, presionó la parte superior de su cuerpo contra mi brazo izquierdo, que yo mantenía apoyado en la cintura, ante lo cual enderecé mi brazo. La legisladora Moreira reaccionó de manera agresiva, jalando con fuerza mi brazo; acto seguido, buscó provocarme e incluso me increpó con sus manos, en repetidas ocasiones. En el mismo instante, mientras la asambleísta Consuelo Vega llamó al orden, un servidor legislativo se acercó a la curul de la asambleísta Cerda para prevenir que las agresiones del incidente escalen. Acto seguido, se cerró la votación, procedí a retirarme y en el pasillo se encontraba el asambleísta Guido Chiriboga, a quien la legisladora Moreira le manifestó que yo la agredí, a lo que le respondí: No mientas, tú sabes perfectamente lo que hiciste. Ella continuó con su agresión verbal mientras caminábamos hacia la parte inferior del hemiciclo, manifestando: “Las malcriadeces hazlas en tu gobierno”; ante lo cual me limité a negar sus falsas afirmaciones. (I)

NOTA ORIGINAL: El Universo – LINK