Este miércoles 31 de julio, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe presentó el decrecimiento económico que vive la región comparado con el año anterior; la cifra crea una preocupación generalizada.

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Alicia Bárcena explicó que la cifra cayó debido al debilitamiento sincronizado de la economía legal. Crédito: El Telégrafo.

El crecimiento económico de la región para este 2019 será de un 0,5%, según un informe presentado este miércoles 31 de julio, por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Santiago de Chile.

El índice marca 4 puntos menos al registro del 2018 que se ubicó en 0,9%. La secretaria ejecutiva del organismo de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena, explicó que este indicador se debe a los efectos de un debilitamiento sincronizado de la economía global, lo que ha implicado un escenario internacional desfavorable para la región.

La cifra genera una preocupación generalizada, en medio de un contexto internacional con mayores incertidumbres y complejidades, y a un débil comportamiento de la inversión, las exportaciones y el consumo. “El bajo crecimiento se debe al poco dinamismo exhibido por la inversión, las exportaciones y a una caída del gasto público y del consumo privado”.

A diferencia de años anteriores, en 2019 la desaceleración será generalizada y afectará a 21 de los 33 países de América Latina y el Caribe. En promedio, se espera que América del Sur crezca 0,2%, América Central 2,9% y el Caribe 2,1%.

“La región enfrenta un contexto externo con mayores incertidumbres y complejidades crecientes: menor dinamismo de la actividad económica mundial y del comercio global; mayor volatilidad y fragilidad financiera; cuestionamientos al sistema multilateral y un aumento en las tensiones geopolíticas”, señaló Bárcena.

Según el organismo, Ecuador tendrá un crecimiento del PIB en un 0.2%, por debajo de Bolivia (4.0), Perú (3,2%), Colombia (3.1%), Chile (2.8%), Paraguay (1.6%), Brasil (0.8%) y Uruguay (0.3%). Argentina registra -1.8% y Venezuela -23.0

Según la CEPAL, se requiere expandir el espacio de políticas para hacer frente a la desaceleración y contribuir al crecimiento económico, con medidas tanto en el área fiscal, como en la monetaria y relacionadas con la inversión y la productividad.

En materia fiscal se necesita reducir la evasión tributaria y los flujos financieros ilícitos, impulsar la adopción de impuestos a la economía digital, medioambiental y relacionada a la salud pública, y reevaluar los gastos tributarios para alinearlos hacia la inversión productiva. 

Fuente: El Telégrafo – Nota Original: LINK