El ministro de Hidrocarburos de Ecuador, Carlos Pérez, expresó hoy su esperanza en que sus socios en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) "sean un poco más flexibles" para superar sus diferencias y logren aprobar un aumento de la oferta conjunta de crudo.

Agencia Andes

«Espero que tengamos un acuerdo en estas reuniones, que los países que se oponen sean un poco más flexibles, en beneficio de toda la organización», dijo Pérez en declaraciones a Efe en Viena, donde el viernes y el sábado próximos participará en una reunión clave de la OPEP.

Señaló que, a dos días de esa cita, «hay diferentes propuestas» en el seno de los veinticuatro países (catorce de la OPEP, Rusia, México y otros ocho productores independientes) que mantienen recortadas sus extracciones, conforme al pacto sellado a finales de 2016.

Las posturas van «desde no hacer ningún incremento hasta llegar a (un aumento de) 1,5 millones de barriles diarios (mbd), y cualquier cosa en el medio», indicó Pérez poco antes de intervenir en el Séptimo Seminario Internacional de la OPEP.

Mientras que Arabia Saudí y Rusia, los dos mayores exportadores mundiales de crudo y por tanto líderes naturales, abogan por una fuerte subida de la oferta, Irán -aparentemente apoyado por Venezuela, Irak y Argelia- se opone a poner punto final al recorte vigente, de 1,8 mbd, que en principio rige hasta finales de año.

«No creo que en esta reunión podamos llegar a un acuerdo», estimó anoche el ministro iraní de Petróleo, Biyan Zangané, y culpó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de haber provocado una fuerte alza de los «petroprecios», al anunciar la imposición de nuevas sanciones contra Teherán.

No obstante, Pérez estimó posible un compromiso con Irán.

«Sí, tal vez buscar un (punto) medio, no ir al millón y medio, quedarse en 600.000 bd, podría ser una alternativa», respondió ante una pregunta sobre la posibilidad de que Zangané ceda en su postura.

Otra de las alternativas que se barajan es permitir a los países que pueden abrir sus grifos bombear lo necesario para compensar las pérdidas de producción involuntarias que sufren otros socios, por «problemas políticos o técnicos».

El ministro aludió indirectamente así a la caída drástica de las extracciones y exportaciones de Venezuela, debido a la falta de inversiones y la grave crisis económica que sufre el país.

También Angola y Libia están afectados por problemas que han reducido su capacidad productiva, mientras que Irán verá también retroceder sus ventas petrolíferas debido a las sanciones contra Teherán previstas por EEUU, tras abandonar Washington el pacto nuclear firmado por Irán y seis potencias.

La OPEP celebrará el próximo viernes su 174 reunión ordinaria y, al día siguiente, se encontrará con sus aliados, en lo que ya es la cuarta cita de los veinticuatro países signatarios del inédito recorte de suministros pactado para reducir el exceso de oferta que había causado un desplome de los precios.

Tras haber caído a menos de 30 dólares a principios de 2016, el valor del barril de petróleo Brent -el principal referente internacional- se sitúa en torno a los 75 dólares, una subida que, junto al descenso en el nivel de las reservas almacenadas de crudo, revela que el objetivo del acuerdo ha sido ya alcanzado.

Para Pérez, ahora se trata de mantener el equilibrio entre la oferta y la demanda «en números razonables», lo que «va a tener una respuesta de un precio (del crudo) razonable, como el que está ahora», que es de entre 65 y 70 dólares para el estadounidense Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia para Ecuador.

«Creo que es un precio con el que los países pueden vivir», subrayó el ministro y destacó la importancia de que el valor del crudo tenga un nivel que permita la inversión en tecnología.

«Si queremos tener una industria más sustentable, que se capture CO2, que haya tecnologías mas eficientes, se requiere inversión en investigación y desarrollo», resaltó.

La necesidad de garantizar las inversiones centró el discurso de Pérez en el Seminario de la OPEP, un foro que, bajo el lema «Petróleo-Cooperación para un futuro sostenible», reúne hasta mañana a cientos de responsables del sector petrolero estatal y privado del mundo.

Ante las previsiones de que «la demanda de petróleo crecerá al menos hasta 2040», el delegado latinoamericano resaltó en su ponencia la «necesidad de determinar las tecnologías adecuadas que deben promoverse para reducir el impacto» de esta industria en el medioambiente.