Atrás quedaron los días en los que Ecuador era catalogado como una isla de paz. El narcotráfico, el crimen organizado, la corrupción y la falta de independencia en los poderes del Estado han derivado en que en el país se libre una guerra interna, que no tiene precedentes.

En Más Allá de los Hechos, Fausto Salinas, comandante general de la Policía Nacional, informó que durante este año se han registrado 262 eventos relacionados con explosivos, entre atentados, amenazas y paquetes sospechosos, lo cual evidencia el avance de esta práctica delictiva en el país, que busca, entre otras cosas, causar temor y daño en la población, además del mensaje que se envía al Gobierno Nacional.

Salinas aseguró que el ataque del pasado 15 de agosto en el barrio Cristo del Consuelo, en Guayaquil, fue el primero donde se usaron diversos explosivos y materiales que no se habían registrado en esta clase de atentados. Asimismo, reconoció la importancia de la asistencia internacional para evaluar las características del ataque, por lo que peritos de Estados Unidos arribaron al país para analizar las particularidades del hecho, con el fin de determinar los tipos de explosivos utilizados y neutralizar nuevos eventos de este tipo.

Por otro lado, destacó la reacción inmediata después de ocurrida la tragedia, donde fallecieron 5 personas y otras 17 resultaron heridas. «Hubo una articulación de las unidades de inteligencia e investigación», apuntó.

Frente al avance del crimen organizado en Ecuador, Salinas consideró que este es un fenómeno global que responde al fortalecimiento de las organizaciones criminales de todo el mundo, ante el avance del consumo de drogas principalmente en Estados Unidos y Europa. No obstante, afirmó que las acciones de la Policía han representado una ventaja en la lucha contra las drogas, con resultados de grandes incautaciones de estupefacientes, lo que debilita las economías criminales.

También destacó que en los últimos meses se han hecho labores intensivas para desarticular bandas delictivas que permanecían ocultas, pero reconoció que todavía existen deficiencias que permitan lograr una mayor efectividad en esta lucha. Entre ellas, está la falta de una Ley de Inteligencia, que fortalezca la prevención de estos delitos. Para Salinas, es necesaria la implementación de un marco legal y de tecnología para mejorar las capacidades de anticipación, así como una correcta actuación de jueces y fiscales, para que no se otorguen medidas sustitutivas a la prisión luego de que son capturados los antisociales.

Por su parte, Jean Paul Pinto, experto en seguridad y defensa, lamentó que Ecuador continúe analizando las mismas estrategias, luego de 8 años que fueron presentadas. «En 2014, estaban a mi cargo esos temas en la Senain, y lastimosamente las prioridades eran otras», apuntó, haciendo referencia a que durante la época del correísmo los sistemas de inteligencia habrían servido para llevar a cabo persecuciones de índole política.

Los escenarios de sangre y terror que el país ha presenciado durante esta época son el resultado de no haber aprovechado este tiempo para fortalecer los sistemas de seguridad, investigación e inteligencia en el país, añadió Pinto. «Formar gente, hacer un plan de carrera y adquirir equipos tecnológicos es un proceso largo», recordó.

Pinto manifestó que por ahora Ecuador tiene tres opciones en su lucha contra el narcotráfico: la primera, «y que es la peor», es enfrentar a las bandas de «tú a tú», es decir, con una respuesta armada ante los ataques que se cometen contra la población. La segunda, «que podría ser la más óptima», es el ataque a la estructura económica de las organizaciones. Aquí convergen otros criterios que son todavía muy debatidos, como la legalización de las drogas para quitar la rentabilidad al narcotráfico. Y la tercera opción es tener una «paz mafiosa», donde se negocia con quien tenga más «poder», pero tampoco representa una opción viable.

Néstor Rosanía, investigador colombiano y experto en seguridad y conflictos armados, indicó que el Plan Colombia, que estuvo vigente por 15 años en busca de la erradicación del narcotráfico, no tuvo los resultados esperados, pues en la actualidad existen más plantaciones de coca en ese país que antes de su implementación. «Hasta hoy ha fracasado la política antidrogas», añadió.

Asimismo, sostuvo que en Colombia se dejó atrás la violencia político – ideológica de grupos armados de izquierda y derecha, y se empezó a vivir las «guerras de portafolio» de la economía ilegal, que son las pugnas de grupos delictivos que se disputan el tráfico no solo de drogas sino de combustibles y migrantes, y se dedican a otros crímenes como la extorsión y el secuestro.

De igual forma, explicó que en ese país se tuvo la lógica de «dar de baja» al cabecilla de la organización, como sucedió con Pablo Escobar y el cartel de Medellín, pero esto resultó contraproducente pues el narcotráfico se triplicó luego de la muerte del capo. Ante este escenario, Rosanía manifestó que se debe atacar la estructura de la economía criminal.

Añadió que el protagonismo de Ecuador en este escenario parte del «blindaje» hecho por Estados Unidos a la zona del Caribe, donde los cientos de radares no permiten el paso de las sustancias prohibidas. Además, la dolarización permitió el lavado de dinero para las organizaciones, puntualizó.

Mira el programa completo: