La canciller, María Fernanda Espinosa, llega con "gran optimismo" a las elecciones por la Presidencia de la Asamblea General de la ONU, un cargo desde el que aspira a motivar a los países de todo el mundo para que actúen ante los grandes desafíos internacionales.

Agencia Andes

Espinosa se enfrentará el martes 5 de junio del 2018 a Mary Elizabeth Flores, embajadora de Honduras ante Naciones Unidas, en unos comicios de los que saldrá la próxima presidenta de la Asamblea General.

En una entrevista con Efe, la canciller asegura que en los últimos días ha recibido promesas de apoyo de numerosos países y considera que el «panorama es tremendamente positivo para el Ecuador».

El motivo principal, subraya, es el rol internacional desempeñado por el país, su contribución al fortalecimiento del multilateralismo y el éxito de su reciente presidencia del Grupo de los 77 más China.

Espinosa y Flores defendieron el pasado mes de mayo sus programas en conversaciones con los Estados miembros, en medio de una carrera que ha provocado un choque diplomático entre los dos países. La Presidencia de la Asamblea General corresponde cada año, por turno, a una región determinada y en esta ocasión recae -a partir del próximo septiembre- en América Latina y el Caribe.

En contra de lo habitual, Latinoamérica llega dividida a estas elecciones y sin un nombre de consenso. Honduras llevaba años trabajando en su candidatura y defiende que Quito se había comprometido en 2015 a respaldar sus aspiraciones, algo que niega el Gobierno ecuatoriano.

Espinosa admite que «quizá el escenario ideal habría sido ir con un solo candidato», pero defiende que eso fue «imposible» al no lograrse un acuerdo en la región para aprobar la candidatura hondureña, lo que llevó a Ecuador a presentar una «alternativa».