La Representante Permanente de Ecuador en Ginebra, María Fernanda Espinosa, fue electa para presidir este lunes la Segunda Sesión del Grupo de Trabajo para un Tratado Vinculante sobre Transnacionales con respecto a los derechos humanos, que se prolongará hasta el próximo día 28.

El eurodiputado español Miguel Urbán se congratuló en su cuenta en Twitter de la designación de Espinosa al frente de este debate y reportó sobre las manifestaciones por parte de organizaciones de la sociedad civil que demandan acuerdos sobre el tema frente a la sede de la ONU en esa ciudad suiza.

“Ginebra: la búsqueda de justicia de las víctimas de crímenes de Chevron-Texaco por 23 años y la grave impunidad hace urgente #BindingTreaty”, escribió reseñando en idioma inglés el hashtag de ‘Tratado Vinculante” con el cual se difunde en las redes sociales.

Los activistas exigen fin de la impunidad de crímenes de empresas transnacionales y exigen a Naciones Unidas acuerdo vinculante para obligar a las empresas a ser respetuosas de los derechos de las comunidades y sociedades donde operan.

Según trascendió, en el momento de intervenir el representante por el gobierno de Brasil toda la sociedad civil abandonó la sala manifestando “Fora Temer”.

La Organización civil ‘Amigos de la Tierra’, que fomenta el cambio hacia una sociedad respetuosa con el medio ambiente, justa y solidaria, encabeza las expresiones que demandan acuerdos para que se haga justicia.

En su página web, esta agrupación expone su demanda ‘derechos para las personas, reglas para las empresas’, y considera esta reunión de una “oportunidad histórica para que se ponga fin a la impunidad de las empresas frente a las violaciones de derechos humanos allí donde operan”.

Precisa en www.tierra.org que estas negociaciones tienen lugar en un contexto crítico, en medio de las crisis económica, climática, alimentaria, humanitaria y de biodiversidad a nivel mundial, la cual consideran en gran medida responsabilidad de las empresas transnacionales.

Añade que esta es una crisis múltiple de la que “en gran medida las empresas transnacionales son responsables”, porque sus actividades “provocan crímenes ambientales y atentan contra la integridad de las comunidades locales que defienden sus derechos y el medio ambiente”.

Entra las “razones” para un Tratado Vinculante, afirman que hace tiempo se precisa el control «a las operaciones de las empresas transnacionales”.

Un ejemplo de  esto es el caso de la operación de la compañía estadounidense Chevron-Texaco (1962-1990) en la Amazonía ecuatoriana, por lo cual el gobierno de este país ha buscado liderar la creación de un acuerdo vinculante en la materia.