Funcionarios estadounidenses confirmaron el miércoles que el gobierno del presidente Barack Obama envió de forma secreta un avión con el equivalente a 400 millones de dólares en efectivo, el mismo día en el que cuatro prisioneros estadounidenses fueron liberados por Teherán y se implementó formalmente el acuerdo nuclear.

CNN

El presidente Obama aprobó la transferencia de 400 millones de dólares, el cual fue el primer pago de un acuerdo de 1.700 millones de dólares para resolver reclamos realizados por Irán ante un tribunal internacional en La Haya sobre un fallido acuerdo de compra de armas de la época anterior a la revolución islámica. Los iraníes buscaban que se les pagara más de 10.000 millones de dólares.

Debido a que las sanciones de Estados Unidos prohíben que se usen dólares estadounidenses en transacciones con Irán, funcionarios dicen que el dinero fue obtenido de bancos centrales en Suiza y Holanda y llevado en un avión sin identificaciones. El dinero se envió en francos suizos, euros y otras monedas.

El pago requería dinero en efectivo, dijeron. Irán no tiene acceso al sistema financiero mundial debido a las sanciones internacionales. Los detalles sobre la transacción fueron reportados primero por The Wall Street Journal.

Aunque la transacción ocurrió el mismo día en que fueron liberados Jason Rezaian y otros tres estadounidenses, funcionarios insisten en que no fue un pago de rescate por los estadounidenses. Ellos dicen que el acuerdo de liberación coincidió con la resolución de las negociaciones paralelas sobre la disputa de la fallida compra de armas.

Pero funcionarios estadounidenses coincidieron en que los negociadores iraníes involucrados en el acuerdo sobre los prisioneros querían que la entrega del dinero coincidiera con la liberación, quizá por motivos políticos.

«No solo hubo dos negociaciones por separado, ambas fueron realizadas por equipos diferentes de cada bando, incluyendo, en el caso de La Haya, expertos técnicos involucrados en esas negociaciones por muchos años», dijo John Kirby, vocero del Departamento de Estado.

«No es una sorpresa que Irán quiera calificar esto como un pago de recompensa por razones de política doméstica», dijo un alto funcionario de Estados Unidos».