En San Lorenzo hay el temor de nuevos ataques. El cantón está en alerta máxima. Los patrullajes fronterizos y las medidas de seguridad se han intensificado.

El Telégrafo

Los doctores que atendieron a los heridos reciben ayuda psicológica. Martha Cedeño creía que la explosión del coche bomba en el destacamento de la Policía en San Lorenzo iba a ser el golpe más duro que afrontarían los habitantes del cantón. Ahora sabe que se equivocó. Con sus dedos cuenta los ataques que en las últimas semanas ocurrieron en la zona. “Hubo atentados en Alto Tambo, en Borbón, en El Pan y ahora en Mataje”, relata la mujer que tiene su negocio de abarrotes a pocos pasos del cuartel policial y que también fue una de las afectadas en la explosión del 27 de enero pasado. En su casa todavía están las huellas de ese acto terrorista. Hasta ahora no logra concretar la ayuda para que le reconstruyan el techo y las paredes que se fueron al piso por la onda explosiva. Por eso, en su rostro y en su voz hay signos de desesperanza; asegura que nunca han vivido esta violencia.

En San Lorenzo no conocían de autobombas ni explosivos. Por eso la alarma de otro artefacto explosivo elevó el nerviosismo de sus habitantes al mediodía de ayer. A esa hora, los equipos élites de la Policía inspeccionaban un auto azul que fue dejado en las calles 26 de Agosto y Tácito Ortiz. Mientras los uniformados realizaban su trabajo, los trabajadores de los negocios aldedaños y los habitantes fueron evacuados. Al final se verificó que era una falsa alarma, pero en San Lorenzo no quieren sorpresas.

Las patrullas reforzaron el control en la zona. Para llegar a San Lorenzo, por la vía que la une con Ibarra, hay que pasar por dos retenes militares que inspeccionan minuciosamente cada vehículo. Este control se cumple con todos sin ninguna restricción. Por la revisión pasan autos familiares, camionetas particulares, vehículos de entidades públicas, tráileres y tanqueros. También está prohibido el ingreso a las zonas más sensibles del conflicto. Una patrulla de infantes de Marina se apostó en la carretera a Mataje para frenar el paso de cualquier persona. No hay autorización para ingresar a la parroquia fronteriza.

Un uniformado cuenta que la medida se tomó para proteger a la ciudadanía. No existe la certeza de que no haya más bombas colocadas en el poblado.   Por ese temor, la mayoría de habitantes de Mataje abandonó sus hogares. Según los cálculos del militar el 60% de personas dejó la parroquia para ir a un lugar más seguro. Los infantes de Marina saben que están en una zona de peligro. Un día antes del atentado con bomba, una patrulla militar fue abaleada. El ataque ocurrió apenas a 800 metros donde ayer se ubicaron para controlar el paso de los vehículos a Mataje. “Nadie ha pasado. Es por su protección”, insiste el militar con rostro de fatiga y con un fusil de combate. El último informe de Inteligencia ecuatoriana aseguró que seis grupos delictivos actúan en Nariño, departamento colombiano que limita con Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos. Estos son el Clan del Golfo, el Frente Oliver Simistierra, Guerrillas Unidas del Pacífico, Resistencia Campesina, Gente de Orden y La Empresa. Todas estas bandas están conformadas por exguerrilleros y son responsables de la droga que sale desde Ecuador hacia los mercados del norte del continente. Tener como vecinos a los guerrilleros no era una novedad para los habitantes de San Lorenzo.

Pero ahora conforman bandas delictivas con alto entrenamiento militar que potencia al máximo su peligrosidad, pues su único objetivo es controlar esos poblados para seguir sacando la droga. Por eso unidades élites de las Fuerzas Armadas y Policía fueron a San Lorenzo para apoyar las acciones de control y defensa territorial.   Desde el 27 de enero pasado, ambas instituciones ejecutaron 291 operaciones conjuntas para cuidar la integridad de los ciudadanos de la zona de frontera.

En esas acciones se decomisaron 940 kilos de droga; 1.261 galones de percusores para refinar estupefacientes y  armas de fuego y municiones. Además, fueron detenidas 13 personas y de ellas cinco tienen relación directa con los atentados en la zona de frontera de acuerdo con el Ministerio de Defensa Nacional. Las autoridades aseguraron que los decomisos y detenciones coincidieron con las nuevas agresiones, por ejemplo con la bomba que estalló en un retén naval en Borbón. También los controles desencadenaron el atentado en Mataje. Los infantes de Marina saben que no pueden confiarse y en su cuartel se siente la indignación por el ataque a traición. La bomba que mató a tres de sus compañeros fue puesta a un costado de la vía y aparentaba ser basura; según algunas versiones estaba en una funda, otros dicen que en una caneca, pero cuando los militares se acercaron al recipiente la hicieron estallar.

Ahora quieren que sus siete compañeros heridos se recuperen. Los militares menos graves y que fueron atendidos en el hospital de San Lorenzo dejaron la casa de salud. El director del hospital, Juan Carlos Arce, aseguró que la atención que brindó el equipo médico a los heridos los puso a prueba y que incluso los galenos debieron recibir apoyo de psicólogos luego de atender a las víctimas. En San Lorenzo todos han sido golpeados por la onda expansiva de las bombas. En enero estaban seguros de que todo terminaría, pero ahora no saben cuándo parará.
Colombia y Ecuador emiten declaración El grupo disidente de las FARC que lidera un ecuatoriano conocido por el alias de ‘Guacho’ es el probable autor del atentado en el que murieron tres militares, según la Policía colombiana. Así lo explicó a periodistas el director general de la Policía de Colombia, general Jorge Nieto, quien detalló que “una de las líneas de investigación” lo señala a él como el posible responsable.

En este sentido, el general Nieto dijo que están trabajando “muy de la mano con las autoridades ecuatorianas” y que tienen “enlaces y comunicaciones directas” que les permiten atacar las organizaciones que delinquen a ambos lados de la frontera. Pese a que no detalló si ‘Guacho’ se encuentra en este momento en Colombia o en Ecuador, el alto oficial aseguró que trabajan “con todas las capacidades” para frenar a su grupo. Los presidentes de Ecuador, Lenín Moreno, y de Colombia, Juan Manuel Santos, reafirmaron su compromiso de combatir de manera coordinada la delincuencia en la frontera común tras el atentado. En una declaración conjunta ambos mandatarios condenaron en duros términos el atentado. “Condenamos firmemente los últimos actos suscitados en la Zona de Integración Fronteriza”, reza la nota que lleva fecha del martes pasado y que fue redactada después de una conversación telefónica entre ambos dirigentes.Tras lamentar la “pérdida de vidas humanas” y trasladar condolencias a los familiares de los militares fallecidos y heridos, los presidentes subrayaron su compromiso de luchar contra las organizaciones armadas que se han hecho fuertes en la frontera. “Reafirmamos el compromiso de ambos países de combatir de manera coordinada a los grupos de delincuencia organizada transnacional que atentan contra la paz y la seguridad de los ciudadanos que habitan en las comunidades fronterizas”, apuntaron.    Expresaron su voluntad de colaborar con las fuerzas de seguridad para hacer frente al crimen organizado.

 

Fuente: El Telégrafo