El presidente boliviano, Evo Morales, ganó en la primera vuelta unas reñidas elecciones marcadas por el polémico recuento de los votos, según el cómputo online del Tribunal Supremo Electoral (TSE) con el 99,82% de los sufragios escrutados.

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Evo Morales. Créditos: El Telégrafo

Según la página electrónica oficial del TSE, Morales obtuvo el 47,07% de los sufragios, inalcanzable para el opositor Carlos Mesa, que sumó el 36,52%, una diferencia de 10,55%, reseñó AFP.

Las cifras incluyen los votos válidos de quienes viven en Bolivia y de los bolivianos diseminados en 33 países del mundo. De acuerdo con la normativa electoral, se convoca a segunda vuelta cuando ninguno de los candidatos suma el 50% más uno de los votos o logra el 40% o más con una diferencia de más de 10 puntos porcentuales respecto del segundo.

Según la tendencia le resultaría imposible al centrista Mesa revertir el resultado oficial, de manera que Morales obtuvo el triunfo para un nuevo mandato hasta 2025. Los resultados están cuestionados por sectores opositores, que mantienen una huelga en varias ciudades del país.

Antes de conocerse estos resultados, Morales aseguró que irá a segunda vuelta si no gana en la primera, aunque confía en que el recuento final le dé la victoria sin esperar otra ronda electoral. En tanto, sectores opositores y dirigentes sociales que respaldan a Mesa reiteraron su llamado a la movilización pacífica hasta que se reconozca una segunda vuelta.

La Organización de los Estados Americanos (OEA) recomendó la segunda vuelta si el presidente gana por un escaso margen en la primera, en medio de denuncias de un “fraude gigantesco” por parte de Mesa. “Si el resultado final indica que vamos a segunda vuelta, vamos a ir”, al igual que “si el cómputo final dice que no hay segunda vuelta, vamos a respetar”, proclamó por su parte el mandatario.

Morales, candidato a la reelección para un cuarto mandato consecutivo y en el poder desde 2006, instó a la OEA que evalúe la misión de observadores enviada a Bolivia para estos comicios, porque a su juicio nadie ha demostrado un fraude del que ya se alertaba desde antes de la votación.

“No quiero pensar que la OEA ya está con el golpe de Estado, interno y externo”, dijo y añadió que este organismo “debería evaluar la misión también”, en referencia a los observadores.

Fuente: EFE, aliado estratégico de FMMUNDO