La estabilidad política de Bolivia y su imagen internacional permanece en la cuerda floja con la renuncia de Evo Morales y el llamado a elecciones de la presidenta interina Jeanine Áñez.

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NotiMundo - Derechos Resevados

El domingo 10 de noviembre, el presidente de Bolivia, Evo Morales, presentó su renuncia, tras tres semanas de protestas por su polémica reelección y el pedido de las Fuerzas Armadas y Policía.

Morales explicó que decidió renunciar con el fin de que quien fue candidato de la alianza Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, y el jefe opositor del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, «no sigan persiguiendo a mis hermanos, dirigentes sindicales», para que «no sigan quemando las casas» de funcionarios públicos y para que dejen de «secuestrar y maltratar» a los familiares de los líderes indígenas.

«Mi pecado es ser dirigente sindical, es ser indígena. Mi pecado es, tal vez, ser cocalero», afirmó el antiguo líder boliviano: «Ahora pueden estar satisfechos Mesa y Camacho», añadió.

Candidato presidencial Carlos Mesa pide que, tras la renuncia de Morales, se respete la sucesión presidencial establecida en la constitución para que evitar que se califique como golpe de estado.

La senadora Jeanine Añez se proclamó el martes 12 de noviembre presidenta interina de Bolivia en una sesión legislativa que no contaba con quórum de reglamento en ninguna de sus cámaras, en la cual alegó “la necesidad de crear un clima de paz social” en el país.

“Queremos convocar a nuevas elecciones lo más pronto posible (…), con autoridades probas, de mérito, de capacidad, que sean independientes”, dijo en su discurso, ante un Pleno del Congreso al que solo asistieron legisladores opositores a Morales.

El expresidente boliviano Evo Morales aterrizó en México al mediodía de este martes 12 de noviembre en calidad de asilado político, después de haber renunciado al cargo que ejerció por 14 años.

Morales, quien recibió asilo de México por «razones humanitarias» y al considerar que su vida corre peligro, aterrizó en el hangar Sexto Grupo Aéreo Internacional, antiguamente el hangar presidencial, del aeropuerto de la Ciudad de México.

Al llegar al aeropuerto de la capital mexicana, Morales saludó con la mano nada más poner un pie fuera del avión y fue recibido por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard. Se acompaña del vicepresidente de Bolivia, quien también ha renunciado, Álvaro García Linera.

Añez, de tendencia derechista, se trasladó luego a la Casa de Gobierno donde con una Biblia en la mano se dirigió a sus adherentes: “Es un compromiso que hemos hecho ante el país y, por supuesto, lo vamos a cumplir”.

La Constitución establece que, tras la renuncia del presidente, como lo hizo mandatario Evo Morales el domingo 10 de noviembre, debe asumir en línea sucesoria el vicepresidente, el titular del Senado o el jefe de Diputados, pero todos renunciaron también a sus cargos.

La senadora opositora Jeanine Áñez, quien este martes asumió la Presidencia interina de Bolivia, dijo que Evo Morales, ahora en calidad de asilado en México, “se fue porque no se atrevía” a responderle al país.

“El presidente Morales se fue porque quiso, porque no se atrevía a responderle al país, ese fue un acto cobarde (…) ahora está en México queriendo verse como una víctima y queriendo engañar al mundo entero diciendo que lo que hubo en Bolivia fue un golpe”, afirmó Áñez en una entrevista con CNN en Español.

La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, anunció que reconducirá las relaciones con los regímenes Venezuela y Cuba. Se conoció que 725 ciudadanos cubanos, que se desempeñaban en áreas relacionadas a la salud y la comunicación, tendrá que salir del país andino. El gesto muestra un giro radical en las relaciones diplomáticas de dos aliados claves del ex presidente Evo Morales. Además, se anunció que la legación del régimen de Nicolás Maduro también tendrá que abondar Bolivia y esta sería reemplazada por funcionarios de Juan Guaidó.

Repercusión internacional

En el Vaticano, el papa Francisco había exhortado en su oración matutina a los bolivianos a esperar en «paz y serenidad» los resultados de la auditoría. Tras conocerse el resultado, Estados Unidos pidió a la OEA que envíe una misión a Bolivia para asegurar que las nuevas elecciones sean «libres y justas». En tanto, Cuba respaldó a su aliado Morales y llamó a condenar la «aventura golpista del imperialismo y la oligarquía» en Bolivia, según su cancillería.