Este mes se cumplen dos años del programa gubernamental que busca cambiar 3,5 millones de cocinas de gas por unas eléctricas de inducción.

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Las metas no se han cumplido y las autoridades quieren impulsar las ventas de la mano del sector privado y con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco del IESS (Biess).

Hasta el domingo pasado se vendieron en el país 432 mil 500 cocinas de inducción y la proyección hasta diciembre próximo es llegar a 600 mil, un volumen todavía lejano al millón de unidades que se debía alcanzar al cierre del 2016.

Para impulsar la producción y las ventas de estos electrodomésticos, las autoridades necesitan destinar más recursos para financiar a los potenciales compradores.

Este ha sido uno de los puntos débiles del programa oficial, debido a la falta de recursos del Fisco.