Tras el hundimiento de una gabarra de carga, llamada Orca, en el cantón San Cristóbal, en el archipiélago de Galápagos, el Ministerio de Ambiente del Ecuador afirmó que el riesgo del impacto ambiental por el derrame de diésel "ha disminuido considerablemente".

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Asimismo, la Cartera de Estado confirmó -a través de un documento oficial- que el colapso no ha limitado el flujo turístico de la zona.

El lunes 23 de diciembre del 2019, Norman Wray -presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos- y Raúl Ledesma -ministro de Ambiente- realizaron un recorrido en el muelle de San Cristóbal para evaluar las medidas aplicadas para disminuir los posibles impactos.

El primer paso -de acuerdo con el Ministerio de Ambiente- fue precisar la cantidad de galones que trasportaba la gabarra. En total, la barcaza llevaba 200 galones, según el testimonio del capitán Carlos Peñaherrera, propietario de la embarcación.

Él estima que -de los 600 galones de capacidad que tenía la barcaza- había consumido cerca de 400 durante el trayecto previo al hundimiento del domingo 22.

A partir de ese día, el Comité de Operaciones de Emergencia de Galápagos se activo. Lo mismo sucedió con la Dirección del Parque Nacional Galápagos que aplicó un plan de contingencia que consistió en la evaluación primaria del derrame y el control de la presencia del diésel de la superficie. Se ejecutó mediante la colocación de material absorbente -paños y barreras- para evitar la dispersión del hidrocarburo de la embarcación que se sumergió en un 95%. El resultado fue positivo: disminuyó la mancha y la filtración de los fluidos de la barcaza. Lo confirmó el ministro Raúl Ledesma.

Fuente: El Comercio, nota original: LINK