El Jefe de Estado, Rafael Correa, es el primer Presidente Iberoamericano en recibir condecoración por la transformación que se dio en la justicia ecuatoriana.

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Se trata de la Condecoración con la Orden Iberoamericana de Justicia en el grado de Gran Cruz, como un reconocimiento internacional honorífico en su máximo grado que se entrega a personas con prestigio internacional así como por los servicios extraordinarios a favor de la justicia. Este es un reconocimiento regional que evidencia los cambios positivos que el Sistema de Justicia produjo a partir de los resultados de la Consulta Popular en 2011, los cuales se centran en mayor eficiencia, modernización y una correcta aplicación de la justicia.

Arkel Benítez, secretario General de la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos, expresó en dicha ceremonia que la transformación de la justicia en el Ecuador es un referente significativo para la región.  “Para la Conferencia de Justicia de los Países Iberoamericanos, integrada por 21 países, una organización que recientemente ha alcanzado el estatus de organismo observador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es un honor estar acá y reconocer sus méritos de la mano de la Fundación Carlos III de España que ha considerado en su persona, reconocer los méritos de la justicia como el primer Presidente de la región en recibir este alto honor”, dijo Benítez, para quien es evidente la transformación del Ecuador.

Por su parte, Antonio Sánchez de León, vicepresidente de la Fundación Carlos III, resaltó que Ecuador se encuentra dentro de los países más avanzados de la región, dando muestras no solo de un significativo y sostenido crecimiento económico, sino en la reducción de la pobreza, mejorando el acceso a la educación y logrando convertirse en un referente regional en materia de seguridad y justicia.

Para el Presidente, este es un reconocimiento -no por lo que ha hecho Rafael Correa- sino por lo logrado por el pueblo ecuatoriano, y en particular por los operadores de justicia. En octubre de 2008, la nueva Constitución fue el primer paso para transformar la institucionalidad en materia de justicia que se afianzó con el apoyo popular en mayo de 2011, que permitió ir hacia la concreción de los cambios estructurales e integrales que hoy han dado los resultados deseados.

Esta reforma abarca cuatro ámbitos, la dotación de infraestructura moderna y funcional; reformas procesales; fortalecimiento de la carrera judicial y la creación de una mesa de Justicia presidida por el Consejo de la Judicatura. Hoy Ecuador cuenta con 12.57 jueces por cada 100.000 habitantes, más del doble de lo que tenía hace una década. La caducidad de la prisión preventiva era, a decir del Primer Mandatario, el ejemplo “más grotesco” de la aplicación de justicia. Si un delincuente era capturado y en un año no recibía sentencia, debía quedar libre. Este recurso fue objeto del más descarado abuso y fuente de corrupción. En 2008 hubo 2061 casos de caducidad de prisión preventiva, actualmente la cifra es de apenas 8.

Leyes como el Código Orgánico Integral Penal (COIP), vigente desde 2014 sumado al Código Orgánico General de Procesos,  han permitido construir un marco que permite garantizar los derechos fundamentales en la administración de justicia, que entre otras cosas, hoy se vale de la oralidad en los procesos. Los avances en materia penitenciaria también son evidentes,  dejando en el pasado el hacinamiento en los centros y logrando condiciones más dignas para las personas privadas de libertad, que ahora incluso pueden acceder a educación, capacitación y campo laboral, condiciones básicas de desarrollo.

El Presidente, en su intervención, recordó que se logró reducir a cero el hacinamiento y menorar la reincidencia de delitos. “Justicia, que palabra tan hermosa, en ella se puede resumir el Socialismo del siglo XXI”, dijo el Jefe de Estado, quien destacó que justicia también es luchar por la equidad y es el camino para el ejercicio pleno de todos los derechos.

En este marco, cabe mencionar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que sesionó hace dos meses en Quito, también destacó el avance del Ecuador en Derechos Humanos, mostrando su interés, precisamente en la histórica transformación de la justicia que hoy ha sido reconocida en Iberoamérica.