Tras la dura situación que vivió Guayaquil por el covid-19, proveedores como Walter Gómez, gerente de Idelife, buscaron importar en tiempo récord productos para la protección personal, como mascarillas, alcohol o gel.

Hasta ayer, 238 registros fueron extendidos para mascarillas. Cédito: Twitter Arcsa.

Tras la dura situación que vivió Guayaquil por el covid-19, proveedores como Walter Gómez, gerente de Idelife, buscaron importar en tiempo récord productos para la protección personal, como mascarillas, alcohol o gel.

Las autoridades sanitarias -cuenta- avalaron a varias firmas. Pero le llama la atención que la oferta de insumos haya aumentado; no sabe si todos cuentan con permiso o registro.

“Al principio fue una locura, ya que en China se cerraron las fábricas de mascarillas y los precios del envío en avión subieron de forma exagerada”.

Allá, dice, se encuentran insumos de primera, segunda y tercera calidad. “Muchos de los últimos no sabemos cómo ingresaron al país”, cuestiona. Fernando Sacoto, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública, afirma que un producto debe contar con el registro sanitario, ya que es la garantía, por parte del Estado, de que los insumos médicos o equipos de seguridad cumplen con requisitos debidamente normalizados.

Así como con características y materiales, para que protejan. Para Hugo Romo, de la Academia Ecuatoriana de Medicina, adquirir un producto que cuente con todas las especificaciones es esencial, ya que solo así sirve para evitar un contagio.

“Si se adquiere un alcohol, con menos del 70%, corre un alto riesgo de que no le cuide, puede infectarse”. Lo mismo ocurre con las mascarillas. Si un individuo usa alguna que permita el paso de las gotitas de saliva y acude a un lugar muy concurrido seguramente se contagiará.

“Generan una falsa seguridad”. La Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa) es la encargada de proporcionar estas autorizaciones para la comercialización o importación de mascarillas, alcohol, gel, trajes o guantes.

Hasta ayer, 238 registros fueron extendidos para mascarillas. La mayoría proviene de China o son elaboradas en Ecuador. El resto llegan de Colombia, Brasil o Reino Unido. Y bajo la etiqueta antibacteriales, en donde constan alcohol, gel o jabón, se ha autorizado a 323 personas y firmas para que los distribuyan.

Algunos -se detalla- no están relacionados al área médica sino a la belleza. Durante las primeras semanas -dice Gómez- Arcsa concretó rápidamente la entrega de registros sanitarios para solventar la falta de productos.

“Esa decisión implicó que haya muchos que no cuenten con la calidad esperada, por lo que el usuario debe analizar qué insumos comprar”. Hoy, a casi cuatro meses de que se anunciara oficialmente el primer caso de covid-19, no solo en locales relacionados con la salud sino en redes sociales y calles se los vende.

Mauricio Sosa es representante de Medicare, en donde se vende guantes de látex y mascarillas nacionales e importadas. “Somos pocos quienes cumplimos, ya que hay mercadería que ingresa sin registro sanitario, por lo que no tienen la calidad necesaria para brindar seguridad a la ciudadanía”.

Liliana Vega es minorista y elabora mascarillas descartables. Cuenta que el proceso de producción fue complejo, ya que tuvo que seguir los protocolos y especificaciones para ofrecer algo de calidad.

“Lo he logrado, por lo que cuento con un registro para trabajar. Tienen tres capas y varias telas para una mayor protección”. Una realidad similar se vive entre los productores de alcohol.

Rodrigo Bastidas, gerente general de Qualipharm, firma encargada de la elaboración y comercialización de insumos médicos y de belleza, relata que desde marzo se concentraron en la elaboración de alcohol y gel antiséptico al 70%, único avalado para evitar un contagio por bacterias o virus.

Él señala que en el mercado se encuentran productos que no cumplen con este objetivo. Así, por ejemplo, se comercializa el antibacterial que tiene un grado inferior de alcohol; ambos son de uso cosmético y no sirven para evitar contaminarse con virus.

Otros embotellaron líquido industrial, que sirve para actividades diferentes o lo venden en envases de agua. Incluso dicen que huelen a caña. Consultada por este Diario, Arcsa comentó que realiza controles en todo el país.

Los primeros días de este mes, por ejemplo, decomisaron más de 8 600 mascarillas tipo KN95 en Manabí, ya que no se pudo comprobar la existencia del registro. Mientras que en Cañar retiraron del mercado 167 litros de alcohol antiséptico.

A la par, Arcsa sugiere a la ciudadanía no adquirir insumos ni dispositivos médicos sin la documentación requerida y menos a través de redes sociales hasta constatar su origen, calidad y eficacia.

Fuente: El Comercio- Nota Original: LINK