Donald Trump fue posesionado como presidente de Estados Unidos el viernes 20 de enero. Entre las promesas que hizo como candidato, una era que con él en la Casa Blanca los estadounidenses serían mucho más felices. Tras levantar un sinfín de expectativas entre sus seguidores, a los que prometió transformar los fundamentos del país, el nuevo presidente norteamericano afronta, desde su investidura, el riesgo de no decepcionar.

El presidente de EE.UU., Donald Trump (c), tras jurar como presidente número 45 de la historia de Estados Unidos en una ceremonia oficial celebrada ante las escalinatas del Capitolio, en Washington DC (Estados Unidos) hoy, 20 de enero de 2017. EFE

En menos de una semana después de asumir la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado varias órdenes ejecutivas que generan polémica y rechazo en varios sectores del país norteamericano y naciones directamente afectados por estas decisiones.

Los primeros decretos firmados fueron derogar el Obamacare, prohibir la entrega de fondos a organizaciones internacionales que proporcionan o promueven el aborto, la salida de EE.UU. del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), y revivir  os proyectos de dos polémicos oleoductos cuya construcción había sido descartada por el gobierno de Barack Obama ante la fuerte presión de grupos ambientalistas.

Durante su campaña, Trump sostuvo que los acuerdos de libre comercio firmados por otros gobiernos, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), y al ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) provocaron una declinación de la producción manufacturera en Estados Unidos.

La retirada del país del TPP es «una gran cosa para los trabajadores estadounidenses», enfatizó Trump, quien poco después de ganar las elecciones del pasado 8 de noviembre anticipó en un video que una de sus primeras acciones tras ser investido presidente el 20 de enero sería emitir una «notificación de intención» para retirar al país del TPP.

Asimismo, el día de la toma de posesión firmó un decreto contra el sistema de salud conocido como Obamacare, la reforma más emblemática del Gobierno del exmandatario Barack Obama. «A partir de este día, una nueva visión gobernará nuestra tierra. A partir de ahora, solo será Estados Unidos en primer lugar», dijo Trump en su discurso.

La propuesta para sustituir esta ley la defienden Bill Cassidy y Susan Collins, dos senadores republicanos que la denominan Ley de Libertad del Paciente. La misma establece que muchos de los impuestos del Obamacare se mantendrán con el fin de proveer ingresos para el plan de reemplazo y da a los estados la opción de mantener o no el sistema. Queda por parte del Congreso su aprobación.

Mientras tanto, la última decisión y la propuesta más polémica durante la campaña electoral se hará realidad, y es que Trump, el pasado miércoles, firmó las órdenes ejecutivas con las que pretende suspender el programa para refugiados y prohibir la entrada de inmigrantes provenientes de países conflictivos, además de activar la construcción del muro en la frontera con México.

Semanas atrás, el presidente electo de Estados Unidos reiteró que construirá un muro en la frontera con México y que el país vecino lo pagará. Trump explicó que el vicepresidente Mike Pence ya está trabajando en las negociaciones sobre el muro fronterizo y que su gobierno aguardará a que el Congreso dé su aprobación.

Respecto a cómo hará para que México pague, Trump dijo que aún no tiene claro si será a través de impuestos o pagos directos.