Un féretro oculto entre muebles y cajas de cartón fue descubierto la semana pasada por militares de la Brigada Blindada Galápagos. El camión que lo transportaba provenía de Guayas e intentaba ­ingresar a Chimborazo.

Efe

Junto al féretro, una mujer lloraba la muerte de su madre. A los militares del punto de control Cumandá -cantón situado al este de esa provincia- les dijo que solo pretendía un entierro digno y un lugar para llorar su pérdida. No fue el único caso. Ocho días antes, los militares del mismo punto de control encontraron otro ataúd oculto entre cajas de alimento y gavetas para frutas, que también provenía de Guayas.

Los conductores de ambos camiones fueron sancionados por usar mal su salvoconducto. Sus vehículos fueron retenidos, les quitaron puntos de su licencia y pagarán multas. La Gobernación de Chimborazo dijo que cinco personas de la provincia fueron sancionadas por trasladar féretros.

En Chimborazo y en Tungurahua se reportaron siete casos de familias que intentaban enterrar a sus fallecidos en los cementerios municipales. Murieron en Guayaquil y se sospecha que tenían coronavirus. Según las familias, su obje­tivo es que sean sepultados en su tierra natal.

 

Nota Original: El Comercio – LINK