La silla y la mesa dentro de la escuela unidocente Carlos Chávez, del recinto El Diamante, en Cascales, Sucumbíos, aún espera por el regreso de Gissela, de 12 años, desde el pasado 12 de junio de 2018, día que fue secuestrada de ese sitio.

Los casos se encuentran en investigación en la Fiscalía. Los organismos de protección infantil instan a que haya justicia y no impunidad, como ya ha pasado. Crédito: Shutterstock .

En la ventana del aula pende una pancarta con el mensaje “Más unidos, más protección, educación para la paz”. Esa paz que se vio interrumpida aquel fatídico día cuando dos sujetos armados y vestidos como militares ingresaron violentamente al aula y se llevaron por la fuerza a la estudiante.

Aquellos recuerdos de angustia y temor aún están presentes en la memoria de la maestra y los alumnos del plantel.

Según el reporte de autoridades de Educación de la zonal, la menor habría sido violada en mayo pasado por lo que habría quedado embarazada. Se presume, hasta el momento, que la persona que la violentó sería el mismo que planeó su secuestro en el centro educativo.

“Estábamos todos en el aula y de repente ingresaron dos sujetos encapuchados y me pusieron la pistola en el estómago y apuntaban a los niños, yo les suplicaba que no nos hagan daño, y uno de ellos se lleva por la fuerza a la niña”, comenta María Paredes, docente que trabaja por 16 años en la escuela.

Su instinto de madre hizo que intentara salir corriendo tras los dos hombres armados para impedir el rapto de la niña, pero los alumnos de los grados superiores la detuvieron, temían que los hombres armados le disparen, comenta ella.

El ministro de Educación, Fander Falconí, junto al viceministro, Álvaro Sáenz; la subsecretaria de Educación, María Fernanda Porras, y el coordinador de la Zona I, Patricio Silva, mantuvieron una reunión en Cascales, donde evaluaron acciones emprendidas del plan de contingencia elaborado tras conocer el secuestro de la niña.