El ministro de Inclusión Económica y Social (MIES), Iván Espinel, señaló este miércoles 9 de agosto, en un medio de comunicación televisivo, que pidió al vicepresidente Jorge Glas que dé un paso al costado " o tome licencia, porque la institucionalidad de la Vicepresidencia no se puede ver enmarcada en estos criterios probables de asuntos de corrupción".

El Telégrafo

A criterio de Espinel, «por la salud institucional de este organismo (Vicepresidencia) debería darse un paso al costado para que las investigaciones tomen su causa».

El funcionario de Estado, quien preside la organización política Compromiso Social, considera que la Asamblea debería realizar un proceso de «fiscalización ecuánime, transparente, para que se den los resultados al pueblo ecuatoriano». Pidió a las autoridades de justicia celeridad en cuanto al proceso que se sigue por el campo Singue.

«Pregonamos la celeridad para saber si hubo perjuicio al Estado», indicó. Espinel resaltó el trabajo que viene realizando el presidente Lenín Moreno, sobre todo al transparentar las cifras de la deuda y las medidas de austeridad en su gobierno. «Lo que se haga a la interna del bloque de PAIS les compete a ellos. Lo que se determine si se sigue un juicio político, si se presentan las causales o no, los van a determinar ellos. Ya la Constitución habla en el artículo 145 y 149 de las causales de una probable destritución», dijo Espinel.

Según el ministro, la carta del vicepresidente Glas denotó «deslealtad, en temas que internamente debieron tratarse».

Considera que no se puede «tergiversar o manipular conceptos diciendo hay un Estado de corrupción, en donde se habla de institucionalizar la corrupción del Estado ecuatoriano, cuando lo primero que ha promovido el Presidente de la República son diálogos abiertos, de comprensión y mutuos acuerdos».

Espinel aseguró que el «Ecuador debe gobernarse desde un ámbito ideológico, sin radicalizaciones, ni colores políticos, pero creemos que es una falta de respeto deslegitimar las decisiones que ha tomado el Presidente de la República».

Fuente: El Telégrafo